Viserys Targaryen lamentó hasta el día de su muerte no ser un soñador, Helaena lamenta serlo. Nadie en la Casa del Dragón consigue realmente lo que quiere. Se pregunta constantemente si la felicidad es el sacarifico que tuvieron que pagar para ser tan cercanos a los dioses.
Helaena se lamenta, como lo ha hecho desde su primer suspiro en el mundo. Se lamenta como lo ha hecho desde que se dio cuenta de los grandes ojos de cierva de su madre mirándola con pena y decepción—decepción porque Helaena jamás será la dama de alta cuna, mucho menos la Reina Verde, que ella esperaba que fuera—, se lamenta con los ojos fríos de su abuelo mirándola con vergüenza mal disimulada, los ojos normalmente nublados de Aegon mirándola con disgusto incluso cuando es obligada a compartir su lecho para asegurar su reclamo a un Trono que no le pertenece, el ojo cruel y errante de Aemond mirándola como algo más que su hermano mayor le había arrebatado—como le había arrebatado todo lo que él merecía, lo que era digno de él, de un hombre decente y justo como él—, los ojos indiferentes de Daeron, los ojos cálidos pero distantes de su padre mientras escuchaba atentamente sus historias, los ojos amorosos de sus queridos hijos o los ojos llenos de lástima de los sirvientes.
Los ojos de todos siempre están sobre ella.
Ellos siempre la están mirando, ignorantes de que el peso de sus miradas es como tener pequeños hormigas corriendo dentro de su piel, provocando que quiera rasgarla hasta exponer sus huesos.
Sus dedos duelen con la necesidad de arrancarse los ojos, o arrancárselos a ellos. No sería una sorpresa cuando ella es la Princesa Loca, no, la Reina Loca del Usurpador. La mujer que eligió la vida de un hijo sobre la de otro. La mujer llena de culpa incapaz de mirar a sus hijos sobrevivientes—ella ignora los susurros, los susurros que dicen que no puede mirarlos porque piensa que debieron morir en lugar de Jaehaerys, el heredero del Rey—La mujer que se apresó a sí misma dentro de sus habitaciones y se negó a salir incluso cuando la pira con los restos esparcidos del pequeño Maegor ardía, la mujer cruel que ignora a su ahora única hija viva porque sus hijos varones merecían vivir y ella no. La mujer que es incluso más cruel que la Reina Viuda Alicent que condenó a toda su familia a morir cuando usurpó el trono de la legítima heredera y puso a una de sus bestias en el Trono de Hierro.
Pero la Reina Helaena es inocente, ¿no? Es solo una pieza que pueden mover a través del tablero como quieran. ¿Cómo podría ir en contra de su Señora Madre y su Señor Esposo? Una Dama piadosa y obediente como ella no puede hacer nada contra las maquinaciones de su familia. Ella es tan amable, tan inocente. ¿Qué sabe la pobre Reina más allá de cumplir con el deber que le dieron los Dioses? ¿Su familia? Su sangre. Pobre Reina Helaena, dulce e inocente Reina Helaena.
¿Inocente? La Reina Helaena claramente disfruta de su posición, porque sino participó en la coronación del usurpador. Porque sino pidió a la Princesa Rhaenyra hincar la rodilla ante su medio hermano usurpador y renunciar a su derecho. Porque sino estuvo de acuerdo con el acuerdo de paz de su Señor Esposo a la Princesa Rhaenyra de entregar a sus hijos Aegon y Viserys como rehenes a la Familia Real disfrazado como tutela. Porque sino no peleo contra los planes del Consejo Verde de asesinar a su hermana y toda su familia, porque maldito sea el asesino de parientes. Porque sino mantuvo los labios cerrados cuando la Reina Viuda deseó la muerte de la Princesa en la cama de parto junto con la de la fallecida Princesa Visenya. Porque sino participó en el festejo que su Señor Esposo dio para honrar a su hermano matasangre por el injusto asesinato del Príncipe Lucerys. Porque sino eligió la vida de un hijo sobre la de otra. ¿Qué inocente haría eso?
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𝓓𝓪𝔂𝓭𝓻𝓮𝓪𝓶 | Helaena Targaryen
Fanfic𝓓𝓪𝔂𝓭𝓻𝓮𝓪𝓶 ⸻ ❝𝕻𝖗𝖔𝖕𝖍𝖊𝖙 𝖌𝖎𝖗𝖑, 𝖈𝖍𝖔𝖘𝖊𝖓 𝖇𝖞 𝖙𝖍𝖊 𝖘𝖚𝖓, 𝖉𝖔 𝖞𝖔 𝖍𝖊𝖆𝖗 𝖙𝖍𝖊 𝖌𝖔𝖉𝖘 𝖜𝖍𝖎𝖘𝖕𝖊𝖗𝖎𝖓𝖌 𝖙𝖍𝖔𝖘𝖊 𝖘𝖎𝖑𝖊𝖓𝖙 𝖘𝖙𝖆𝖗𝖉𝖚𝖘𝖙 𝖜𝖔𝖗𝖉𝖘? 𝕮𝖚𝖗𝖘𝖊𝖉 𝖉𝖆𝖚𝖌𝖍𝖙𝖊𝖗, 𝖚𝖙𝖙𝖊𝖗𝖎𝖓𝖌 𝖎𝖓𝖘𝖆�...