T/n, la segunda más joven del grupo, fue encontrada por Vander en un callejón el día después del ataque al puente, donde se escondía, vulnerable y sola. Vander la acogió, pero T/n no es una simple niña indefensa; tiene muros construidos que desafían...
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POV T/N: +18
Mientras nos deslizábamos por las sombras de Piltover, una tensión sutil pero palpable se había instalado entre Jinx y yo. Su silencio era como un muro impenetrable, y cada paso que dábamos juntos aumentaba mi inquietud. "Por favor, amor, necesito saber a dónde vamos. Déjame ayudarte", imploré con un tono que apenas podía ocultar mi frustración creciente. Pero sus labios permanecieron sellados, negándome el conocimiento que tanto ansiaba. Finalmente, la agarre del brazo y la detuve bruscamente, empujándola suavemente contra una pared cercana.
"¿Por qué te niegas a hablar conmigo? Me estás asustando", espete, pero mis palabras perdieron su fuerza al instante al ver la mirada herida en sus ojos. Un destello de tristeza pasó por su rostro antes de que bajara la mirada, como si temiera enfrentarse a mis preocupaciones. "Lo siento, aún estoy tratando de asimilar lo que me dijiste antes", murmuró, y un escalofrío recorrió mi espina dorsal al darme cuenta de lo mucho que la había afectado mi conseguir anterior. Me apresuré a rodearla con mis brazos en un gesto de consuelo. "Lo sé, cariño, lo sé. Pero eso ya es pasado. No tienes que cargar con eso sola. Estoy aquí contigo", susurré, tratando de transmitirle mi apoyo incondicional.
Ella se apartó de mi abrazo, sus ojos buscando los míos con una intensidad que me dejó sin aliento. "Siempre me preocuparé por ti. Eres mía, y sabes que estamos atrapadas juntas por toda la eternidad. Por eso me enfurece tanto que mi propia hermana haya intentado lastimarte", declaró con una pasión que me hizo temblar. Mis propias emociones se agitaron, peor me obligue a mantener la calma mientras le suplicaba que no volviera a actuar impulsivamente. "Entiendo tu preocupación, pero por favor, no vuelvas a hacer algo así", rogué, sintiendo como mi corazón latía con fuerza en mi pecho.
Me enderece, tratando de recuperar mi compostura mientras continuaba explicándole mis preocupaciones. "Cuando te niegas a decirme a dónde vamos o simplemente te quedas en silencio, me hace sentir como si estuvieras enojada conmigo", confesé, dejando al descubierto mis propias inseguridades. Inmediatamente, ella me envolvió en otro abrazo, sus brazos apretándome con fuerza contra su cuerpo. "Lo siento, no estoy enojada contigo. Nunca lo estaré", aseguró con voz suave pero firme, y su simple declaración fue suficiente para calmar mis temores.
Sonreí ante su gesto de afecto, devolviéndole el abrazo con la misma intensidad. "Me alegra escuchar eso, amor. Ahora, ¿me dirás a dónde nos dirigimos?", pregunté, y ella asintió, tomando mi mano con determinación. "Vi a esa vigilante entrar en una casa por aquí mientras caminábamos. Solo tenemos que encontrarla", explicó, señalando hacia la casa que se alzaba en la oscuridad. "La encontré", señale la casa, ella me miró y le di una sonrisa. "Bien hecho, amor, ahora entraremos sin que ella se de cuenta".
Las dos nos quedamos junto a la ventana, observando la quietud de la noche mientras aguardábamos una oportunidad propicia para ingresar. "Parece que ya no está en la habitación, creo que se ha dirigido al baño", le informe a Jinx en un susurro. Con cuidado, abrí la ventana para que mi amada pasará primero, asegurándome de que pudiera hacerlo sin dificultad, y luego entre yo, echando una mirada rápida alrededor d ella habitación para asegurarnos de que estábamos solas.
