T/n, la segunda más joven del grupo, fue encontrada por Vander en un callejón el día después del ataque al puente, donde se escondía, vulnerable y sola. Vander la acogió, pero T/n no es una simple niña indefensa; tiene muros construidos que desafían...
╔═══════════════════╗ T/n & Jinx ✾ XXXI. YOU WILL BE MINE ✾
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Temporada dos •✦─────────╮•✧•╭─────────✦•
Después de reparar el cohete, cargue a Jinx y la llevé de regreso a La Última Gota. Necesitábamos un respiro después de lo que acabábamos de hacer. Aún podía sentir el retumbar de la explosión en el pecho, esa energía vibrante y caótica que parecía devorarlo todo, y pensar que probablemente el consejo estaba en ese lugar en el momento exacto... ¿cuántos habrían sobrevivido? ¿Cuántos habrían caído? Ni siquiera sabía si alegrarme o preocuparme por eso. Todo se había desbordado con una rapidez que me sorprendía. Hace solo unos días, Jinx y yo éramos dos chicas divirtiéndonos, riendo juntas, soñando con un mundo diferente, sin imaginar que la vida nos empujaría a esta vorágine de violencia y decisiones tan terribles.
Recuerdo cuando corríamos por los callejones de Zaun, libres, sin pensar en lo que significaba realmente enfrentarse al consejo, al mundo de Piltover. Solo éramos niñas entonces, llenas de energía y sin nada que perder, o eso creíamos. Pero ahora, todo se ha vuelto demasiado real. Silco está muerto, y, de repente, el peso de Zaun recae sobre mí. ¿Cómo pasó todo tan rápido? ¿En qué momento dejé de ser una simple sombra en las calles para convertirme en la próxima "líder" de Zaun? ¿Acaso estoy lista para ese papel? La verdad es que no lo sé, y el miedo me quema por dentro, aunque intento ocultarlo por Jinx. No quiero que vea lo asustada que estoy.
"¿Ángel?" Su dulce voz me saca de mis pensamientos y vuelvo al presente. Giro la cabeza hacia ella, y en el momento en que nuestras miradas se encuentran, sé que no puedo esconderle lo que siento. Jinx siempre ha sido capaz de ver a través de mí, incluso cuando trato de parecer fuerte, de poner esa fachada de dureza que a veces me sirve para mantenerme en pie.
Ella observa mis ojos, y yo sé que ve el miedo en ellos, ese miedo que tanto lucho por ocultar. Respiro hondo, tratando de calmarme, de encontrar las palabras correctas para no preocuparla. No quiero cargarla con mis dudas y miedos, bastante tiene ella con los suyos.
"Estoy bien... o lo estaré, prometo que sí. Es mucho, mi amor", le digo, esbozando una sonrisa que sé que no logra disimular del todo mi inquietud. Pero ella me comprende. Siempre lo ha hecho. Sin decir nada, coloca suavemente su mano en mi mejilla izquierda y me da un beso, casi en mis labios, lo suficientemente cerca como para hacerme sonreír. Aunque estamos en medio de este momento tan oscuro, ella todavía tiene ese poder sobre mí, el poder de hacerme reír, de recordarme que, a pesar de todo, no estoy sola.
[...]
Cuando llegamos a La Última Gota, llevé a Jinx arriba, a lo que solía ser la oficina de Silco... mi oficina ahora. No pude evitar notar lo extraño que se sentía ocupar ese espacio que alguna vez fue suyo. Al entrar, el aire parecía pesado, impregnado de recuerdos y silencios llenos de todo lo que él representaba para mí. No era solo un líder o una figura de poder en Zaun; él fue un mentor, una especie de figura paterna, alguien que me brindó un refugio cuando creía que todo estaba perdido. Cargar ahora con su legado era una carga pesada, una responsabilidad que no sabía si podía llevar.
