CAPITULO 2

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¿Sera posible que en realidad existieran seres nocturnos que se alimentaban de sangre humana?, ¿Hombres que se transformaban en lobos?, ¿Habrá sido un sueño, o en verdad alguien estuvo conmigo esa noche? Eran muchas las preguntas y ninguna respuesta. Todo parecía un lió en mi cabeza.


Las horas pasaron rápidamente, logre dormir luego de aquella escena. Al despertar tenia a mi pequeña hermanita Elizabeth saltando a los pies de mi cama, para que la sacara a pasear al bosque.


Tomamos una canasta, y entramos al oscuro bosque. Caminamos unos cuantos metros, kilómetros, y comenzamos a sacar moras y a colocarlas en la pequeña cesta. Elizabeth se encargaba solo de bailar, saltar y jugar a mis espaldas, mientras yo sacaba el fruto de la zarzamora.


Luego de unos minutos, no escuche la tierna vocecita de mi hermana, me gire rápidamente y no estaba.


–Por dios, ¡ELIZABETH!– Comencé a gritar su nombre.


Solo se escuchaba el eco de mi voz retumbar entre los árboles. Comencé a desesperar, deje la cesta en el suelo y corrí tomando mi vestido brocado de un tono azul.


–¡ELIZABETH!– Gritaba sin obtener respuesta a cambio.


Estuve al menos media hora buscándola entre el bosque, era demasiado pequeña como para caminar tanto y perderse. Corrí hacia nuestra casa, y al abrir la puerta de esta, adivinen quien era.


–¡ELIZABETH! Niña tonta, ¿dónde te fuiste?– Me agache a su altura, y la abrase.


La pequeña me miraba con cara extraña. Mire a mi madre que estaba a sus espaldas con una cara de pocos amigos.


–Un joven golpeo la puerta y pregunto si la conocíamos– Decía de brazos cruzados.


–Pero... madre, yo no la perdí. Yo solo sacaba la fruta, y desapareció de mi lado– Me excuse.


–Tranquila, ella solo había salido a perseguir un conejito– Rió viendo a Elizabeth acariciando un pequeño conejo de un color blanco y ojos oscuros, era hermoso.


Me alivie luego de ese encuentro de ver a mi pequeña hermana en casa. Todo había sido extraño, y ¿Qué hacia un hombre en el bosque?, estaba segura de haber estado sola en aquel lugar, nadie iba allí. Y jamás escuche ni vi a alguien cerca.



Las horas pasaron rápido, ya estaba acostada escribiendo en mi diario la extraña escena en el bosque con mi hermana. Apenas cerré el pequeño cuaderno, me quede dormida, deseando luego no haberlo hecho.








El Amor Se Escribe Con Sangre [Kol Mikaelson & Tu] -En Pausa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora