Los Nash

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Eddie

Es mi día libre. Había planeado pasarlo con mis hijos, pero debido a los acontecimientos recientes, tendré que entrevistar a niñeras todo el día. Yo no entiendo muy bien el problema. Mis hijos están relativamente bien cuidados, Gen es una niña un poco tímida con los extraños, pero generalmente es una dulzura. Chris es un poco más difícil, pero cualquier niño de su edad lo es. Él es muy protector conmigo y con Gen, por lo que no le agrada mucho que cualquier otra persona forme parte de nuestra familia. Las únicas niñeras que aprueban son mujeres lo suficientemente mayores como para ser su abuela.

He decidido que ambos pueden ayudarme a elegir su siguiente niñera. Tal vez de esta manera Chris no hará que se vaya tan rápido. Dejarlos con una novia ya no es una opción. No puedo creer que estuviera tan ciego sobre Marisol, lo bueno es que nunca la quise suficiente como para casarme con ella . Debí haber confiado en Maddie cuando dijo que era una perra, pero yo lo atribuí a las hormonas del embarazo de mi cuñada.

Estoy de pie en la cocina lavando los platos del almuerzo, cuando suena mi teléfono. Sonrío cuando veo el identificador de llamadas. Buck. Esto va a ser interesante.

—¿Hola?— Respondo con suavidad.

—¿Eddie?—

No es Buck. —¿Oli? ¿Qué va mal?— suena asustado.

—Estábamos construyendo la casa del árbol. Él me dijo que no jugara con la pistola, pero no hice caso. Se veía tan genial. Yo no tenía intención de dispararle. Papá no es tan bueno con la sangre. Él se desmayó. No sé. qué hacer. Bajé la pistola de clavos, pero yo…—

—Cálmate amigo. Estoy en mi camino.— Pobre chico. Para ser honestos, yo también estoy un poco preocupado. La locura de ese hombre está empezando a afectarme. —¡Chris! ¡Gen! ¡Pónganse los zapatos; tenemos que salir!—

Oyendo la urgencia en mi voz llegan corriendo. —¿Qué pasa, papá?— Chris pregunta.

—Buck tuvo un pequeño accidente, así que vamos a ayudarle—. Agarro mis llaves. —Vámonos—.

Chris le pone el cinturón a Gen cuando salimos del garaje. —Papá¿Buck va a estar bien?—

—Estoy seguro de que así será—. Gracias a mis años en la construcción, mi propio padre me enseñó los cuidados para este tipo de lesiones. Afirmó que con Chimney en el equipo, necesitaríamos estar preparados para cualquier cosa.

Cuando me detengo en casa de Buck, Oliver corre hasta el coche a mi encuentro. Tiene lágrimas en los ojos. —Él no ha despertado. Tengo miedo. No era mi intención hacerle daño.—

Tomo el kit de primeros auxilios de la camioneta antes de arrodillarme delante de él y ponerle una mano en el hombro. —Voy a cuidar de él. Te prometo que estará bien.— Él asiente con la cabeza, pero sigue preocupado. —¿Podrías hacerme un favor y llevar a Chris ya Genevieve a tu habitación? A Gen tampoco le gusta la sangre—

—D-de acuerdo— asiente con la cabeza. Sonríe tristemente a mis hijos y les indica que lo dicen. Escucho que Chris le dice que estará bien, que yo arreglaré todo.

Lo que es la confianza de un hijo en su padre.

Encuentro a Buck tirado en el suelo de la cocina. Por suerte llevaba un casco blanco, así que él no pudo haber hecho mucho daño al caer. Hago una mueca al ver la sangre en el muslo. Eso debe doler, él ya ha sacado el clavo. Por lo menos no han estado utilizando los clavos grandes. Rápidamente agarro un trapo frío y comienzo a secarle la cara y el cuello. Necesito tenerlo despierto, entonces me fijare en su herida.

Evan Buckley: SecuestradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora