Eddie
El sonido constante del timbre me saca de la cama. Trato de no tropezar con nada mientras voy a ver quién es la cruel persona que me está despertando tan jodidamente temprano. Cuando abro la puerta, tengo que parpadear un par de veces para asegurarme de que mis ojos no están haciendo jugarretas conmigo.
—Ya era hora— dice Maddie. Camina, pasándome de largo hacia la casa y sube las escaleras.
—¡Hola, Eddie!— miro hacia abajo y ahí está Oli. Tal vez sigo dormido después de todo, porque ¿qué estaría haciendo él con Maddie?
—Hey, amiguito— le contesto adormilado.
— Ella me despertó también— dice con simpatía.
Lo tomo por los hombros y lo llevo hacia adentro. —¿Te gustaría algo de comer o de beber?— pregunto.
—No, gracias— contesta.
Me dejo caer en el sofá y él se sienta junto a mí. De estar más despierto, probablemente me preguntaría qué se trae Maddie entre manos. Noto que Oliver está bostezando, así que lo jalo para que pueda recostarse en mi brazo. Los dos nos quedamos dormidos.
No estoy seguro de cuánto tiempo ha pasado, cuando de repente Maddie regresa. —Arriba, dormilones— dice animadamente.
Ambos, Oliver y yo, gemimos, y veo que Chris y Gen están vestidos y a cada lado de la castaña. —¿Hay alguna razón en particular para que andes por ahí levantando a los pobres niños?—
—Vienen conmigo para encontrarnos con Grace, Jee y Charlie. El Día de los Abuelos se acerca, así que haremos una foto con todos los nietos para Athena y Bobby— explica. —Habríamos obligado a Buck a venir, pero me imaginé que ya que va a estar solo todo el día, tal vez te gustaría ir a hacerle compañía.— Me guiña un ojo. —Vamos, niños. ¡Que tengas un buen día, Eddie!—
Buck está solo en casa.
Necesito ir hacia allá. Tomo mis llaves y avanzo hacia la puerta. Entonces me doy cuenta… necesito vestirme. Resoplando por mi propia estupidez, regreso a mi habitación a alistarme.
Cuando finalmente llego a casa de Buck, ni siquiera me molesto en tocar. Conociéndolo, probablemente se irritará si lo hago salir de la cama para venir a abrirme la puerta. Camino despacio por la casa hacia su habitación, donde lo encuentro esparcido a través de la cama. El burro de peluche está echado cerca de uno de sus brazos. Rápidamente, me quito los zapatos, y me echo junto a él, jalándolo cuidadosamente hacia mis brazos. Entierro mi cara en su cabello e inhalo la esencia masculina.
—Si eres Micheal, me mudaré— murmura.
Me río quedito. —¿Se siente como si fuera Micheal?—
Buck se gira en mis brazos, y sus ojos se abren. —Gracias a Dios— exhala, antes de enterrar su cara en mi pecho. —Ahora, cállate. Voy a volver a dormir.—
—Dulces sueños, mi Buck.— Beso su cabello y la aprieto más contra mí.
Por casi una hora, estoy acostado sosteniéndolo. Debe estar contento, porque no murmura ni una sola grosería mientras está dormido. Cuando finalmente se despierta, las primeras palabras que salen de su boca son — Maddie es diabólica—
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Evan Buckley: Secuestrador
Fiksi Penggemar"Uhm. Hola, mi nombre es Evan Buckley. Realmente no sé cómo decirte esto, pero tengo a tus hijos conmigo, y estaba pensando que tal vez te gustaría tenerlos de regreso. Así que, seh... llámame."