Evan Buckley: Secuestrador

Cita

Eddie

Cuando aparco en casa de Buck a la mañana siguiente, él y su hermano están parados en el patio de adelante con sus brazos cruzados mientras tienen su atención pegada en la casa que está cruzando la calle. Chris y Gen entran por su cuenta, así que camino y me paro junto a Buck. —¿Qué estamos mirando?— Las palabras apenas han salido de mi boca cuando Lucy sale de su casa con sus sábanas en la mano. Las arroja furiosamente en un bote de basura y les prende fuego antes de gritar y regresar adentro.

—Ha estado con eso toda la mañana— dice Buck. —Aparentemente no sabe cómo usar una lavadora, porque eso quita el polvo pica-pica.—

—¿Cómo que eso hace que se antojen unos s'more, no?—  dice Tk. —Iré por los malvaviscos.— Se da la vuelta y entra.

Lucy sale de nuevo con el brazo lleno de ropa. Grita de nuevo y los arroja al cesto, haciendo que las flamas se hagan más altas. —¿Quiero saber?—pregunto.

—Idea de Tk. Lucy nos echó a la policía, así que entramos a su casa y rociamos sus cosas con polvos pica-pica— explica Buck despreocupadamente.

Asiento. Sabía que tenía que ser algo como eso. Es aterrador cómo las cosas que él hace empiezan a tener sentido para mí. —Athena accedió a cuidar a los niños esta noche. Ella y Bobby quieren llevarlos al Chuck E. Cheese's.—

—Mierda.— Esa no es la reacción que estaba esperando. Buck se gira rápidamente hacia mí. —Viene para acá.— Eso me hace sentir un poquito mejor.

—¡Esto es un ultraje!— grita Lucy mientras se acerca. Su cara tiene tres tonalidades de rojo.

—Lo sé— contesta Buck, sonando completamente escandalizado. —¡No puedo creer que hayas besado a mi hermanito—

Tk escoge ese momento para aparecer con una bolsa de malvaviscos y un gancho para la ropa. —Hey, Labios Candentes.—

—Yo… él…— balbucea Lucy. Entonces grita otra vez y regresa a su casa.

Buck suspira. —Amo este vecindario.—

No puedo evitarlo, pero miro boquiabierto a Tk. —¿Besaste a Lucy?—

Se encoge de hombros. —Tienes que hacer lo que tienes que hacer. Y no planeo hacer repeticiones instantáneas tampoco. No importa lo que ella diga, yo creo que se corrió— Tk se estremece ante la idea.

—Más te vale no volverte hetero. De otra manera, habrá un montón de hombres enojados en este pueblo— advierte Buck.

—No puedo creer que dejo a mis niños con ustedes, gente,— los molesto. —Athena vendrá a recogerlos a las cuatro. Yo vendré por ti a las cinco.—

Cruza sus brazos encima de su pecho. —¿A dónde vamos?—

—A una cita. Que tengas un buen día— le beso en la nariz y me alejo, sonriendo cuando lo escucho resoplar de molestia detrás de mí.

Cuando llego a la oficina, encuentro a Judd en el vestíbulo con sus pies apoyados en el escritorio y con un libro en sus manos. Está tan concentrado que ni siquiera se da cuenta de que entro. Eso es muy anti-Judd. —¿Perdiste una apuesta o algo?— pregunto.

Casi se cae de la silla de la sorpresa tan grande que le doy al hablar. —¡Amigo! Ni siquiera te escuché llegar.—

Le doy un vistazo rápido al libro que trae antes de que pueda esconderlo. Mis ojos se dilatan ante las palabras que saltan de la página. —¿Estás leyendo una barata novela de romance? ¡Judd, es una de esas eróticas! ¿No tienes suficiente de Grace?—

—Fue ella la que me lo dio— dice, regresando a su lectura. —Quiere intentar un pequeño juego de rol, así que estoy leyendo sobre mi personaje. Soy un sexy alfa hombre que vive en la montaña.—