El heredero

Capitulo 08

- Manzanita – Lucifer entraba alegremente a la habitación donde su querida hija ahora descansaba después de todo el esfuerzo que hizo por dar a luz – Eres toda una guerrera, felicidades – No pudo evitar abrazar a su hija, quien agotada y todo acepto gustosa los brazos de su padre

- Charlie, lo hiciste bien – Lilith acaricio cariñosamente la caballera de Charlie – estoy tan orgullosa

- Manzanita, ¿puedo? – El soberano pidió permiso a Charlie para poder cargar a su nieto, quien acepto de buena manera, sabía que su padre se moría de ganas por verlo

Lucifer, con todo el cuidado del mundo, levanto el pequeño bulto que había a un lado de la cama, no pudo evitar sonreír al ver que era como volver a cargar a Charlie. Su cabellera algo ondulada era de un tono rojizo, no tan intenso. De su cabeza sobresalían dos pequeñas orejas de ciervo y el vestigio de lo que en un futuro serían unas astas. Su piel era tan pálida como la de Charlie, grata fue la sorpresa del rey al ver que había heredado los círculos rojizos de sus mejillas tal y como Charlie y él los tenían, símbolo inequívoco de ser el heredero Magne.

- No cabe duda que Alastor es el padre – Dijo sorprendo el rey al ver el gran parecido físico que tenía

- Alastor sí que sabe cumplir su palabra – Dijo Lilith después de tomar el pequeño bulto de brazos de su esposo – un hermoso varón fue lo que engendro, a todo esto ¿Dónde está?

Durante todo ese tiempo, Alastor había permanecido inmóvil en una esquina, solo siendo una sombra. Su mente estaba hecha un caos, por un lado, un instinto de protección por Charlie y su hijo, comenzó a nacer en él, por otro se trataba de convencer de alejarse al haber cumplido con todo lo que los reyes querían de él

Su razón había perdido una batalla y había cedido a su instinto de permanecer en esa habitación, con la condición de mantenerse lo más alejado posible....

Después de que todo mundo se había ido y Charlie había entrado en un profundo sueño a causa del cansancio, se atrevió a volver a materializarse. Se acercó a Charlie y con lentitud acaricio el pálido pómulo de la princesa Magne, tan suave y terso que Alastor sentía su cuerpo estremecer por el contacto de la piel.

A su derecha, el pequeño bulto comenzó a hacer unos pocos sonidos, con tranquilidad se dirigió a la cuna que Lucifer mando a instalar después de salir de aquella habitación, su razón le decía que se alejara de ellos y nunca más volviera, pero tenía curiosidad por saber cómo se veía, cuál sería su rostro ¿realmente se parecía a él? Con cautela de no hacer llorar al infante, lo destapo un poco y lo observo con detenimiento.

Lucifer tenía razón, el pequeño bulto se parecía a él, el patrón de colores de su pequeño cabello, esas orejas a las cuales él ya se había acostumbrado a tener ahora estaban en su hijo

- No cabe duda que si te pareces a mí – Susurro acercándose más al pequeño, pero sin llegar a tocarlo

El olor era particularmente conocido, tenía el aroma de Charlie, pero también tenía el de él, una mezcla de ambos y que su instinto reconocía como suyo.

De un momento a otro el pequeño sonrió entre sueños y algo en él se derrumbó, esa sonrisa la había visto antes, la conocía a la perfección y la añoraba desde mucho antes de llegar al infierno, el pequeño infante tenía la misma sonrisa que la querida madre de Alastor, quien en ese momento se dio cuenta de que había perdido la guerra contra su instinto...

[...]

Charlie despertó luego de un sueño reparador, aún se sentía adolorida, pero fuera de eso se encontraba mejor. Su mirada se dirigió hacia la cuna que estaba a su derecha y grande fue su sorpresa al ver al demonio de la radio teniendo en sus brazos al infante