Capitulo 10

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Charlie se encontraba en la cama leyendo un libro, o al menos fingía hacerlo, Vaggie también estaba a su lado leyendo y no quería que notara lo ansiosa que estaba y como poco a poco comenzaba a sentir un calor sofocante en su cuerpo. Hacía dos días que supo que Alastor se había ido del palacio ¿Por qué? La última vez que lo vio solo le pidió que saliera para poder hablar con Vaggie, pero nunca se imaginó que se fuera, que la abandonara.

Se sintió extrañamente vacía, inconscientemente lo buscaba con la mirada, pasaba más de una vez enfrente de la habitación que había ocupado por meses y trataba de escuchar por si había vuelto. Y ni hablar de su hijo, quien constantemente lloraba, lo miraba irritado y las pocas veces que se calmaba era para su suerte, en la noche.

Por una parte, se aliviaba de que su presencia ya no la estuviera rondando, se dedicaría a ser feliz con la elección que había hecho, pero no podía negar que muy en el fondo de su corazón le dolía el estar lejos de él, el no verlo o escucharlo.

Un dolor agudo se presentó en su pecho, Charlie no pudo evitar soltar un pequeño grito al sentirlo, el dolor iba en aumento a cada segundo ¿Qué le estaba pasando? Vaggie rápidamente se giró a mirarla y pudo notar como Charlie lloraba con verdadero sufrimiento, se quejaba y comenzaba a gritar.

Su corazón palpitaba con fuerza, se tomaba de las sábanas al sentir su pecho arder de una forma cegadora, como si le estuvieran vertiendo ácido sobre su piel. Nunca antes había experimentado un dolor tan intenso y agudo como ese.

Charlie comenzó a ver como algo escurría por su pecho, rápidamente desabrocho la parte superior de su pijama y vio el hilo de sangre que salía en ese lugar ¿Por qué? Entre las lágrimas y el dolor que nuevamente la volvían a atacar la observo, aquella tenue marca, tan transparente que podría pasar inadvertida si no prestabas atención, pero ella la vio bien, pequeños símbolos vudú alrededor de las astas de un venado rodeadas con una cadena de oro.

Vaggie se alarmó al ver sangre correr por el pecho de su novia, y salió corriendo a avisar a la reina. Lilith al entrar a la habitación observo a su hija gritar de dolor, retorcerse sobre las sábanas y mancharlas de sangre. Juraría que pareciera que estaba sufriendo por la...se quedó pasmada, rápidamente tomo a Charlie de los hombros y observo su pecho con detenimiento y la vio, la marca de Alastor tan tenue que casi era transparente, era una marca no consumada por él y no en el lugar correcto, pero aun así pesaba de la misma manera.

Otro grito desgarrador lleno la habitación, Charlie miraba a su madre tratando de comprender por qué se sentía así. Lilith la miro con pena, la reina sabia de que se trataba y no sabía como reaccionaria su súcubo al enterarse

- Madre, por favor, ¿Qué está pasando? – Dijo con dificultad la dulce princesa mientras se aferraba a la bata que tenía puesta la soberana del infierno

- Es...el castigo – dijo en apenas un susurro la reina

En medio de su dolor Charlie lo comprendió, Alastor estaba con otra omega, se estaba acostando con otra que no era ella. ¿Acaso esto era lo que Alastor sentía cada noche que estuvo con Vaggie? Era tan cegador que no podría soportarlo más, no sabía que le dolía más, si el dolor físico que sentía o el saber que Alastor se había entregado a alguien más, estaba compartiendo sus besos con otra que no era ella, le entregaba su cuerpo como alguna vez se lo había entregado a ella, en aquella habitación donde lo hizo conocer los placeres de la lujuria.

La parte súcubo de Charlie salió a flote, el dolor de la traición hizo que lanzara un lamento lleno de sufrimiento. Vaggie trato de acercarse y consolarla

- Es por ti, que Charlie no lo quiere aceptar – La voz de la dulce princesa ahora era demoniaca, con palabras cargas de odio logro hacer trastabillar a la pobre de Vaggie

El herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora