El heredero

Capitulo 12

En una habitación oscura, solo siendo iluminada por las tenues luces filtradas por la ventana, un cervatillo de cabellos rojizos y piel pálida comenzaba gimotear en medio del silencio, sintiéndose solitario y perdido por la falta de aquellos dos seres los cuales le creaban su ambiente seguro, su confort. Pero antes de que su llanto fuera mayor, una presencia conocida para el infante llego a la habitación

- Oh querubín, tanto tiempo sin verte – Alastor tomo entre sus brazos a su primogénito, quien al verlo no dudo en extender sus brazos hacia su padre – Veo que has comenzado a llorar, ¿tal vez una pesadilla ha molestado tu descanso?

Alastor comenzó a caminar por la habitación mientras tarareaba en voz baja una dulce melodía de cuna, en sus brazos lleva a su precioso primogénito, quien se había calmado al estar en los brazos de su progenitor

- Pequeñín, veo que has crecido más desde mi ausencia – Comento con diversión el demonio de la radio, el pequeño solo balbuceaba – Y sí que estás más pesado.

El demonio de la radio se sentó en aquella mecedora que había en la habitación, mientras lentamente se mecía y comenzaba una plática con su hijo, quien jugaba animadamente con una sonaja. Aunque se fue mentalizando que sería padre, Alastor aún no podía terminar de creerlo, el tener un pequeño ser entre sus brazos y saberlo suyo le era extraño, impensable, pero muy en el fondo, aceptable. Tal vez no sería el padre más amoroso, y no sabía cómo sería en el futuro, pero indudablemente no sería como aquel ser que dijo en su momento ser su progenitor

- Vaya, nunca pensé ver al grandioso demonio de la radio tan ameno con un bebe – La voz de la reina hizo que Alastor se crispara por un momento

- Alteza, buenas noches – Saludo Alastor con cortesía al momento que se ponía de pie con su hijo en brazos – Sé que no es propio una visita tan entrada la noche, pero realmente quería verlo

- Tus disculpas son aceptadas – Respondió la reina mientras ingresaba a la habitación – Ya han pasado un par de meses y aún no le han dado un nombre a este pequeñín

Alastor se sentía sumamente apenado, realmente nunca pensó en un nombre y se imaginó que sería Charlie y su familia quien lo nombrarían, se sentía totalmente irresponsable por no percatarse de ello. Alastor tomo a la pequeña creatura y la sostuvo hasta quedar a la altura de sus ojos, lo miro con detenimiento como tratando de descifrar algún enigma de su hijo, quien sonreía animadamente por encontrarse divertido en los brazos de su padre.

- Mefistófeles – Contesto Alastor después de unos segundos – Su nombre será Mefistófeles

- "El que no ama la luz" – Susurro Lilith mientras veía a su nieto – Muy apropiado, querido, su abuelo estará encantado

Alastor no dijo nada más, siguió admirando al pequeño bastardo que tenía en sus brazos, quien poco a poco comenzaba a cerrar sus ojos, quien no pudo más por el cansancio. Alastor lo acuno con más cuidado y procedió a hacerlo dormir. La reina tenía tantas preguntas en su mente que le era fascinante el hecho que Alastor sabía perfectamente como cuidar de un infante, sabía que nunca había sido padre. Nadie sabía de aquel pequeño acto de bondad que había en el demonio de la radio, quien en su vida terrenal llegaron a su puerta varias creaturas abandonadas por sus progenitores, podría ser un asesino, un pecador que cometió los más viles y crueles pecados del cristianismo, pero aun así no podía manchar sus manos con niños, las únicas personas que, en su pensar de Alastor, eran las más puras y merecedoras del reino del creador.

Cuando Alastor sintió que el pequeño se quedó profundamente dormido, lo regreso con cuidado y en silencio a su cuna. Lo admiro por última vez y acaricio tiernamente su regordeta mejilla antes de salir de la habitación junto a la reina del infierno, quien solo era una espectadora en silencio.