Capitulo 14

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Charlie caminaba de un lado a otro por su habitación, aceptar la propuesta de conquistar a Alastor era su mejor opción, pero había una diferencia enorme entre decirlo y llevarlo a cabo. ¿Cómo conquistaría al gran demonio de la radio? No tenía ni idea de que hacer, por lo que sabía, a Alastor no le gustaba el romanticismo, ni nada de aquellas cursilerías estrafalarias que uno podía llegar a cometer en el nombre del tan famoso amor.

Alastor era un ser misterioso, rodeado de un misticismo el cual había acarreado con su leyenda en el infierno. Poco o nada sabia Charlie en cuanto él llegó a su vida, y por el tiempo que estuvieron juntos y la poca información que Ángel había logrado recolectar se pudo ir haciendo una idea de lo que le gustaba.

No era un secreto a voces que Alastor era un caníbal, algo que para Charlie no era de su agrado, pero que podía hacer, le gustaba el pecador aun con las manías que este tenía. ¿Tal vez darle obsequios? Podría ser su mejor opción, comenzar un cortejo poco común en la sociedad monárquica en la que vivían, pero que aun así había escuchado casos muy aislados en todo el tiempo que llevaba existiendo de damas cortejando varones

El demonio de la radio era en parte ciervo, eso lo podía ver claramente por los rasgos que compartía con aquel noble animal que muy pocas veces Charlie pudo ver, ¿sería apropiado regalarle uno? Sí, sería correcto, pero ahora ¿Dónde conseguiría uno? Eran tan raros de ver en el infierno y ni como hablar de como cazarlo.

- Conozco quién podría ayudarte con eso muñequita, pero el precio es algo alto – Comento Ángel después de que Charlie lo llamara para pedir ayuda

- El dinero no es problema – contesto Charlie solamente queriendo que el maldito ciervo estuviera en sus manos – tiene que ser el mejor ejemplar.

[...] 

Alastor meditaba en su hogar la actitud de Charlie, era claro que esta vez no era su súcubo la que había hablado por ella. No comprendía por ahora Charlie llegaba y armaba una escena de celos, era tan extraño, él ya había trazado un plan en su relación con la princesa, lo seguiría el pie de la letra, pero el que ella llegara de esa manera lo hacía trastabillar y sentí que no tenía el control, pero no podía negar el hecho que muy en su interior sintió su ego crecer el saber que la dulce princesa se encontraba celosa.

El sonido del timbre de su hogar logro sacarlo de sus pensamientos, no había llamado a Husk para alguna encomienda ni tampoco el pecador felino era de ir hasta su hogar por algo en particular. Lleno de incertidumbre abrió la puerta al ver una gran caja forrada por un papel negro y un moño tan rojo como la sangre misma. Frunció el ceño al ver a Husk parado tratando de recobrar el aliento

- Te han mandado esto – Dijo una vez que vio a Alastor y le dio un sobre de color perla con finas letras doradas

Alastor tomo el sobre y de un chasquido llevo la caja hasta su estudio, Husk se fue tan pronto Alastor había entrado a su hogar. El demonio de la radio estaba curioso por tales presentes, sin saber cuál abrir primero, se decidió por aquella enorme caja que tuvo al pobre de Husk sin aliento.

Lentamente, fue rasgando el peculiar papel, sintiendo una enorme ansiedad por saber el contenido. Pero al abrir la caja su sorpresa fue aún mayor al ver un hermoso ejemplar de ciervo, cuidadosamente acomodado en la caja. Por las astas, Alastor podía decir que era un macho joven, fuerte, tal vez el líder de una manada. No era para nada infernal, era puramente terrenal, algo que lo asombro demasiado.

Con rapidez abrió aquella nota que venía con tan magnífico regalo y lo que leyó en ella no podía caer en su asombro:

"Mi querido Alastor, espero que este digno ejemplar sea de tu gusto y disfrute de el tanto como sea posible. Quiero presentar de manera formal y mediante diversos obsequios a su persona mis más sinceras intenciones de cortejo a usted.

El herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora