Capítulo 20

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Araceli Romero


Estar enamorada es un sentimiento muy bonito pero también muy doloroso y heme aquí viviendo la parte dolorosa. Yo que estoy dispuesta a pasar de todo por Federico y a causa de eso estoy pasando por una gran pesadilla. Nunca soñé con un principe pero tampoco con un villano, solo quería que alguien me amara bonito,me follara bueno,me complaciera en todo,que me entendiera, Federico es así pero no tenía idea de que se convertiría en el villano que quemaría el mundo para salvarme a mi. Si esa es la diferencia entre un principe y un villano,el príncipe te arriesgaría o moriría para salvar al mundo pero el villano sacrificaría al mundo y mataría para salvarte a ti. El villano tiene su debilidad y yo soy la de Federico...

Amanece, estoy sentada en el suelo con la espalda pegada a la pared y la cabeza de Caro está recostada en mi hombro. Tenemos hambre y estamos cansadas ya que no pegamos el ojo en toda la noche.

Entra el maldito animal de ayer al sótano y agarra a Carolina

— ¿Que le van hacer?

— No es de tu incumbencia

—¡No la toques!

— ¡Ya cállate! Me da repugnancia escucharte

Carolina está medio moribunda, así que no tiene fuerzas para defenderse. La sacan y después de cinco minutos vienen a por mi. Nos sacan al jardín pero cuyo jardín es muy extraño, tiene una especie de acantilado «¿Estamos en una especie de bosque,casa cerca del mar?» Owen está sentado en una mesa con su querida sobrina y unos hombres tienen sujetada a Carolina

— Princesa

Su acento francés me asquea el estómago

— Tienes dos opciones—Me dice— Tú o tu hermana

— ¿De que hablas?

— ¿Ves esa caja?—Se acerca a mi

Señala una pequeña caja de madera que hay a unos centímetros de Carolina. En esa caja cabe perfectamente una persona

— En esa caja meteremos a la persona que tú decidas. Dicha persona será tirada por el acantilado

— ¡Estás loco! ¡Nunca dejare que nos tires por el puto acantilado!

— Si estoy loco, todas las personas de aquí lo saben. Pero alguien tiene que morir. Tu hermana o tú, decide

—¿A ti no te podemos tirar?—Pregunto con sarcasmo

— Que chistosa salió la princesa. Tenemos una princesa soplona y otra chistosa

¿¡Pero de qué otra princesa está hablando este loco!?

—¡¿De que hablas?!

— Tío

La consentida de su sobrina lo llama. Obviamente no voy a decir que tiren a mi hermana y yo no quiero morir pero si es necesario lo hago.

— Si no quiere que su hermana muera ¿Por qué no la metemos a ella en la caja?

— Muy buena idea, Alexia

— ¡No te atrevas a tocarme!

— Todavía no entiendes que estás hablando con el Diablo

Me coje de la mandíbula y me espanta un beso en los labios «Asco es lo que siento ahora»

— Aquí el que manda soy yo

— Pues yo me estoy riendo del Diablo, Owen

— En este momento no deberías reírte mejor desde ya ponte a llorar. Porque a ti no me conviene tirarte por la borda, tu puesto lo va a tomar tu hermanita. Ya que no decidiste tú, decido yo

La perfecta obsesión de un mafioso (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora