Capitulo 4

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Federico Santos


Me meto al baño a prepararme para ir a buscar a Araceli.  Es esa persona a la cuál me gustaría hacerla pasar por todo. Es hermosa pero desde lejos se ve que no tiene buen carácter, y yo quiero sacarla de quicio. Me pongo un traje y me echó la mejor loción que tengo en mi casa

Son las 8:50am ya voy en el coche camino a su casa

—Buenos días, jefe—Dice acercandose a abrir la puerta

—¿Esperaste mucho? Solo llegué 15 minutos tarde

— No solo estoy aquí hace 5 minutos

— ¿Desayunaste?

— No me dió tiempo. Ya vamos tarde

— Vamos a desayunar — Digo conduciendo a una cafetería que frecuento mucho

— Pero llegamos tarde

—¿Quien es el jefe?

— Usted

— Entonces... El que manda aquí soy yo, ¿entendiste Araceli?

— Está bien, jefe

Me bajo del coche y la ayudo a bajarse. Entramos y pedimos algo de desayunar

—Necesito que no te vistas para que te miren otros hombres. Solo vístete simple, acorde al trabajo que tienes

—Es que yo no soy simple y no me visto para que otros me miren. Solo me visto de la manera en que me gusta. Y no soy una secretaria para siempre llevar una falda. Me puedo poner un vestido cuando me de la gana porque así se visten las mujeres empoderadas con dinero y un buen trabajo

—Te puedes poner vestidos las veces que quieras, pero no...

—Mire ¿Sabe que? Usted es solo mi jefe. Usted no es mi novio como para estar diciendo como debo vestirme y como no

—Te puedo despedir por lo que acabas de decir

Toma un sorbo de su copa de vino y pasa saliva

— ¿Que? ¿Te comieron la lengua los ratones? — Digo terminando mi desayuno

—No. Creo que ya empezamos con el pie izquierdo y ya eso no se puede remediar.

—Vámonos

— Está bien — Se levanta.

Está vez lleva un vestido negro que deja al descubierto sus hombros pero con su cabello suelto los cubre un poco, una cartera Praga y una sandalias que la deja ver un poco más baja que yo. Y no lo niego, tengo unas jodidas ganas de subirla en mi escritorio y arrancarle ese vestido

Es la primera mujer que la miro y no la quiero solo para un polvo, si la tengo va a ser mía para toda la vida. Pero antes necesito conocerla del todo y me gustaría mucho que perdiera la cordura conmigo.

— Gracias por traerme

— Solo ve a trabajar, yo me encargo de tu coche

— Está bien

Me encargo de su coche y me voy a trabajar. Llega la hora de almuerzo,no estoy acostumbrado a almorzar,solo tomo café y algún que otro postre.

Después de almuerzo la solicito para que venga a mi oficina

—¿Que se le ofrece?

—Tienes que hacer un documento que me permita el uso absoluto del almacén

—Pero yo no soy la que se encarga de eso. Aparte es un documento muy extenso y no tengo tiempo para eso, tengo un montón de vestidos por archivar

La perfecta obsesión de un mafioso (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora