Capítulo 18

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Araceli Romero

4 horas antes del encuentro

Me quedo impresionada al ver a Carolina con el hermano de Federico

—¿¡Que carajos está haciendo Caro con tu hermano!?

—No lo sé. Si lo supiera te lo diría. Estoy igual de impactado que tu. Vamos a coger este taxi

Me jala por la mano y nos montamos en un taxi. Solo traemos una mochila. Llegamos a un hotel «Últimamente estoy de hotel en hotel» Pasamos a la recepción

—Una suite a nombre de Federico Romero

—Si señor. Tome su llave—Dice la recepcionista—¿Gusta algo más señor Romero?—Le guiña un ojo

Es idea mía o ¿le está coqueteando? Hoy tengo los celos de tóxica a nivel Dios

—No gracias—Digo entrelazando nuestros brazos

El coge las llaves y nos encaminamos a la habitación

—No te pongas celosa. Solo hacia su trabajo

—Ay ajá ¿En su trabajo también entra guiñarle el ojo a hombres casados?

—No lo sé ¿Quieres preguntarle?

—No, gracias. Me basta con que tú no la mires

—Sientete afortunada, porque solo tengo ojos para ti

Le dedico una breve sonrisa «Todos los hombres son mentirosos» «Me siento como si estuviera en el cuerpo de Carolina» «Y no me pueden contradecir porque he leído Perfectos Mentirosos»

—Vamos a ducharnos. Falta poco para nuestro encuentro con tú hermano

—¿Vamos?

—Si los dos juntos, bajo el agua fría de la ducha, besitos mojados..

—Esta bien, me gusta la propuesta

Ya compré las pastillas anticonceptivas así que una folladita ahora no viene nada mal. Me besa y me va quitando la ropa mientras entramos al baño

—Hay un problema—Carraspeo

—¿Ahora que pasa?

—No tengo un vestido, con el cual ir a la cena de hoy. Me dijiste que no empacara muchas cosas así que solo tengo unos jeans

—Esta bien. Ve duchandote, yo te compraré un vestido—Sale del baño

—Gracias, muñequito—Le grito desde el baño

—¡Los favores se pagan!

Lo alcanzo a escuchar a lo lejos. Si ya sé con qué quiere que se lo pague. Se va y me ducho. Salgo del baño y tomo una copa de champagne mirando el gran paisaje que me brinda el balcón «Estoy melancólica, siento que en estos días voy a llorar mucho» Federico entra a la habitación

—Aquí está tu vestido. Espero que te guste. Me voy a duchar, se nos está haciendo tarde

Es un vestido blanco largo «Nada de escotes en V solo tiene aberturas en las piernas» Me trajo unos tacones bajos. Me visto rápido y para cuando el sale del baño me estoy maquillando

—Me encantó lo que compraste

—Que bien. Porque luces hermosa con ese vestido

—Gracias

—Ya me las darás mañana

—¿Que pasará mañana?

—Deja de estar de curiosa. Ya verás mañana, te va a encantar. Pueden pasar muchas cosas

La perfecta obsesión de un mafioso (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora