Capítulo 29

37 3 1
                                    

Araceli Romero

Embarazada, con desmayos y temblores pero voy a matar a ese cabrón

Me acaba de arrebatar a los únicos padres que me quedaban. De contra que mi sobrino está en sus garras y mis hermanas han sufrido absurdos daños por mi causa

Yo soy la responsable de todo esto. Me enamoré de un mafioso y gracias a él me convertí en esto, en un monstruo sin autocontrol, en una fiera que protege a sus crías, a su familia. Me convirtió en una mujer peligrosa, a la mujer que todos respetan o defienden por tan solo ser la mujer del Boss de la pirámide, el líder del clan más peligroso del mundo, el jefe de la mafia más respetada y temida de los últimos tiempos. Soy esa mujer dispuesta a matar a todo el que se interponga en su camino y quiere ver que el mundo arda en llamas.

Lucho contra la culpa, el terror y la ansiedad, por culpa del maldito loco que se obsecionó conmigo y todo gracias a la zorra traidora de Andrea. Odio su apellido pero es el que hoy por hoy me está dando todo este poder. Y va a ser el apellido que portarán mis hijos. Ahora es el apellido más temido de los clanes y mafias, imagínense cuando mi hija nazca. Va a ser peligrosamente poderosa. No tengo duda, tengo la certeza. A mí me respetan y me temen con tan solo una palabra, a ella la van a respetar y temer con tan solo una mirada. Además este bebé es un milagro, por la Fenina no podía salir embarazada, pero mírame aquí, intentando traer a una criatura especial contra todo pronóstico. Federico me ha convertido en esto y tampoco dudo de sus genes, influenciaas o fortunas, solo que piensa mucho para actuar. En cambio yo lo hago directo, sin pensarlo tres o cuatro veces

Cuando me joden me joden con algo que saben que me va a destruir y cuando yo jodo, jodo tres veces peor

Sin hablar con Elvis, sin esperar a Carolina, Bruno o Federico. Estoy apresurando el puto plan para acabar con la vida de ese bastardo. Estoy reunida de nuevo en la jodida iglesia con la mafia mexicana, la mafia colombiana y la mafia brasileña

—¡¿Pero estás loca?! ¡Estás embarazada, piensa mejor las cosas! Tienes casi cinco puñeteros meses de embarazo, el bebé está en desarrollo y cualquier fallo...

—¡Ya cállate, Valentina! Sé que tú también tienes un hijo y sabes de cualquier tipo de riesgo. Pero necesito acabar con esta mierda antes de que me hunda a mi. No sabes cuanto amo lo que está creciendo dentro de mi y por su bien tengo que acabar con esto

—No, no, no estás haciendo bien las cosas. Voy a llamar a Federico...

—¡No vas a llamar a nadie, Santiago! ¿Que más me lo tengo que pensar? Tengo la maldita dirección de la mansión, tengo los hombres necesarios y tengo el jodido cargamento ¿Que más me falta? Solo apresuré dos horas para entrar a esa mansión

—Falta tu marido—Dice Giselle—Falta que pienses en ti y en tu bebé

—¡Que mataron a mis padres!

—¡Padres que no te apoyaban en tu embarazo!—Se queja Cassandra

—¿Y mis hermanas? Tengo que hacerles justicia

—Pero piensa con más claridad, Araceli—Alberto me acaricia el hombro mientras respiro hondo—Nosotros te apoyamos pero Federico es la pieza clave

—¿No me creen capaz?

Me deshago del contacto físico de Alberto

La perfecta obsesión de un mafioso (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora