-¡Camila! ¿Quieres bajar un minuto por favor? -su padre la llamaba desde las escaleras.
Suspiró pesadamente
-¿No puedes esperar?
-No, es importante.
De mala gana cubrió el bulto de barro que apenas empezaba a tomar forma. De haber insistido, probablemente hubiera persuadido a su padre para posponer aquello tan importante, pero estaba cansada y no quería discutir. Las últimas dos semanas había trabajado muy duro y dormido poco.
-Bajaré inmediatamente -le costaba trabajo mover las piernas-. ¿Qué quieres papá?
A media escalera sintió el conocido cosquilleo de la nuca. Por un momento, lo atribuyó al esfuerzo realizado y a sus cansados nervios. Se detuvo en el último escalón, ladeando la cabeza hacia la puerta al pie de la escalera.
-Hola, Camila. Perdóname por interrumpir tu trabajo -el tono sardónico de la voz de Lauren la hirió en lo vivo.
Palideció ligeramente. Bajó el último escalón y metió las manos temblorosas en los bolsillos.
-Qué sorpresa, Lauren -su tono de voz no expresaba precisamente deleite-. ¿Qué te trae por aquí?
-Lauren vino a... -empezó a explicar su padre
-Podrías llamarlo mi última buena obra -interrumpió Lauren-. Quiero que conozcas a Howell Fletcher, Camila.
-¿Es ésta la jovencita de que me hablaste? -dijo una bien educada voz masculina, adelantándose a saludarla-. Señorita Cabello, espero que éste sea un placer para ambos.
Camila, perpleja, le extendió la mano, que él apretó ligeramente.
-Lo siento, no creo entender de qué se trata.
-Howell está aquí para ver tu trabajo y dar su valiosa opinión sobre tu talento y posibilidades -explicó Lauren. El tono impersonal de su voz la hacía aparecer como una extraña.
Nada restaba de aquel suave tono amistoso al que ella estaba acostumbrada.
-No creo que... -Camila comenzó a decir ceremoniosamente que no creía estar lista para someter su trabajo a la opinión de un profesional.
-Más vale que sepa ahora si está o no perdiendo su tiempo o forjándose falsas esperanzas -contestó Howell Fletcher.
"Buena obra". Lauren dijo que esos eran sus motivos. Camila no podía evitar preguntarse si ella no estaría deseando que fracasara por completo.
-Tengo todo mi trabajo en el estudio, arriba -levantó la cara orgullosamente-: ¿Vienes Lauren?
-No, debo irme -aparentemente no le importaba el resultado. Se despidió de su padre y de Howell Fletcher, ignorándola a ella.
Caminando mecánicamente, Camila condujo a Howell Fletcher al estudio. El hombre no decía palabra al examinar cada pieza, pero a ella no le importó. Le tenía sin cuidado su opinión. Sólo una persona le importaba, Lauren, y ella había entrado y salido antes de que su destrozado corazón pudiera comenzar a latir de nuevo.
Su trabajo era un modo de llenar el vacío y las horas solitarias, dándole una razón para levantarse todos los días: esperaba que llegara el momento en que le permitiera independizarse de su padre. Quería que se casara con Deborah y fuera feliz. Era justo; uno de los dos debía tener a la persona que amaba. Ella nunca tendría a Lauren.
-De estos trabajos, ¿cuáles realizó después de quedarse ciega, señorita Cabello?
-¿En barro? Todos. Las pinturas las hice antes de mi accidente.
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Il tuo amore mi guida(Adaptación Camren Lauren G!p )
Storie d'amoreDesde el momento que se encontraron en las calles de San Francisco, Camila tenía sentimientos encontrados hacia la fuerte y noble pero insufriblemente grosera Lauren Jáuregui. Momentos después de salvarle la vida a ella, la oji verde la había insult...