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Camila hundió los dedos en la suave piel de conejo de su abrigo de noche, jugando con el collar alrededor de su cuello. Inquieta, se mordió los sensitivos labios. La ventana cerrada del coche no acallaba totalmente el ruido de los otros automóviles que salían del estacionamiento del teatro.

-¿Por qué no me llevas a casa y vas tú sola a la fiesta? -su sugestión era casi desesperada.

-La invitación fue para las dos.

-Tu amiga Pamela no me conoce. Ni siquiera le extrañaría que yo no estuviera allí.

-Claro que te extrañaría -una sonrisa aligeró la firmeza de su tono-. Especialmente cuando tú fuiste quien la indujo a que nos invitara.

-¡Yo no hice tal cosa!

-Te lo diré de otro modo. Fue después de conocerte y despertar su curiosidad, cuando nos invitó a su fiesta.

-Ella no nos dio oportunidad de decidir si aceptábamos o no. Después de todo, ignoraba si teníamos otros planes.

-Pero no tenemos otros planes, luego no hay razón para no ir a su fiesta por un rato.

-No quiero ir. Esa es una buena razón para mí.

-No lo es -su voz indicaba que no se dejaría convencer por ningún argumento.

-Eres una necia, Lauren Jáuregui -dijo ella con furia contenida, desplomándose en su asiento.

-Pero una necia amable, espero.

-¡Una necia!

Disgustada por el modo en que Lauren la obligaba a aceptar una situación que no quería, Camila no pudo concentrarse en la dirección que llevaban. Perdió la cuenta de las vueltas que daban y al final dejó de adivinar las calles. La ausencia de tráfico indicaba que se trataba de una zona residencial, pero no tenía idea en qué parte de la ciudad se encontraban.

El coche aminoró la marcha y se acercó a la acera.

-Ya llegamos -anunció Lauren, apagando el motor y abriendo la portezuela.

Camila no dijo nada; se obstinó en un rebelde silencio mientras Lauren abría y cerraba la portezuela de su lado. Mentalmente la imaginaba caminando alrededor del coche hacia su puerta, adivinando casi el momento en que la abriera. Continuaba en su inmóvil terquedad.

-¿Vienes conmigo o te vas a quedar sentada en el coche como una niña malcriada?

-Si pudiera escoger me quedaría.
-Camila -dijo con voz llena de inmensa paciencia

-. ¿De verdad vas a dejar que unos desconocidos te intimiden como para quedarte en el coche?

-Ellos no me intimidan.

-Tienes miedo de entrar, ¿de qué otro modo lo llamarías?

-No tengo miedo -afirmó enérgica.

-No, por supuesto que no...

-¡No lo tengo! -estaba furiosa.

-Lo que tú digas. Pero si te vas a quedar ahí dentro, vale más que cierres la puerta con el seguro. Estaré allí como una hora.

-¿Realmente me vas a dejar aquí?
-Camila no sabía a ciencia cierta si Lauren estaba bromeando o no.

-Dijiste que preferías quedarte en el coche. Haré acto de presencia y explicaré por qué no quisiste entrar.

-¡No te atreverás a decirle a Pamela que estoy sentada aquí! -Lauren no le respondió. El silencio indicaba que la contestación era afirmativa.

Il tuo amore mi guida(Adaptación Camren Lauren G!p )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora