Camíla tocó la esfera de su reloj. Las dos. Alargó el brazo para asegurarse de que el cheque estaba todavía sobre la mesa, en el lugar que su padre lo dejó por la mañana.
Allí estaba. Se inclinó sobre el cojín del sofá, frotándose la nuca para relajar la tensión de los músculos. Era' tonto estar tan impaciente porque Lauren Jáuregui iba a venir, se dijo.
Cuando el timbre de la entrada sonó, se apresuró hacia el intercomunicador, preguntando con un ansioso.
-¿Sí?
-Lauren Jáuregui.
-Bajaré enseguida.
Imprudentemente, bajó casi volando las escaleras. Con el rostro risueño abrió la puerta y se dirigió al portón.
-Justo a tiempo -dijo ella.
-Trato de ser puntual -la cálida aspereza de su voz la envolvió, mientras abría el portón.
-Tengo el café listo. ¿Tienes tiempo de quedarte? -comenzó a tutearla.
-Tengo tiempo.
Antecediéndole por las escaleras al segundo piso, se dirigió al cuarto de estar.
-Siéntate mientras traigo el servicio de café. El cheque del vestido está encima de la mesa, enfrente del sofá.
Lauren no le ofreció ayuda cuando ella regreso con el café, dejándola que tomara su tiempo para servirlo sola.
Tomó la taza que le ofreció. Por el leve crujido del cojín, Camíla supo que se había reclinado en la silla contigua al sofá.-Tienes una casa muy bonita. ¿Son tuyas las pinturas en la pared?
-Sí -balanceó cuidadosamente la taza-. A mi padre le gustan las marinas. Por eso escogió esas pinturas para la casa. Debido a su amor por el mar, seleccionó esas escenas.
-¿Son éstas las únicas pinturas que te quedaron?
Camíla inclinó la cabeza.
-No -apretó las mandíbulas.
-¿Puedo verlas después?
-Prefiero no mostrártelas -se sintió atragantar y levantó la barbilla con su desafiante gesto.
-Si lo prefieres, no insistiré. Pero me gustaría saber por qué. He visto varias muestras de tu trabajo. ¿Por qué no quieres enseñarme el resto?
Camíla jugó nerviosamente con la orilla de la taza, tratando de adoptar una actitud indiferente. Colocó la taza sobre la mesa.
-Te los enseñaré -no sabía a ciencia cierta si su rápido cambio de opinión se debía al tono divertido de su voz o a simple sentido común-. Están en el estudio, arriba.
Se levantó de su asiento girando la cabeza en dirección a la silla que Lauren ocupaba.
-Muéstrame el camino -aceptó Lauren, poniéndose de pie también.
Subiendo las escaleras al tercer piso, Camíla deslizó la mano por la pared, hasta llegar a la segunda puerta. Sintió el frío de la perilla al abrirla. Se advertía un olor persistente a pintura de aceite.
-Este cuarto ya no se usa, lo encontrarás un poco sofocante -cohibida, se recargó contra la pared, junto a la puerta.
Lauren no hizo ningún comentario. Ella escuchó el ruido que hacía al moverse de un lado a otro del estudio, deteniéndose para observar lo que llamaba su atención. Otras veces, la escuchó mover los lienzos para ver las pinturas. Sentía una dolorosa tirantez que le crecía en el pecho.
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Il tuo amore mi guida(Adaptación Camren Lauren G!p )
RomanceDesde el momento que se encontraron en las calles de San Francisco, Camila tenía sentimientos encontrados hacia la fuerte y noble pero insufriblemente grosera Lauren Jáuregui. Momentos después de salvarle la vida a ella, la oji verde la había insult...