𝐓𝐞𝐚𝐜𝐡𝐞𝐫'𝐬 𝐏𝐞𝐭 - Dottore/Reader

Capítulo 9

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—... Al— llamó la atención del rubio que iba a su lado.

—¿Sí, _____?

—¿Por qué... Todos me miran así?

Albedo giró su cabeza hacia los lados, notando colo varios de esos chicos y chicas que parecían estarlos observando desde que habían llegado a la Facultad, se graban de inmediato, mientras que otros sostenian esa mirada algo "discreta" sobre su amiga, haciéndola sentir realmente rara en esos momentos.

—No tengo la menor idea... ¿Has hecho algo este fin de semana?, ¿Publicado algo raro en tus redes?— ella negó al instante —Bueno pues, a menos de que noten algo en ti que nosotros no, no te sabría decir que pasa.

La muchacha solo pareció encogerse de hombros, siguiendo con su camino hasta llegar al salón donde tomaban las primeras clases de la semana, notando como al entrar, muchos de sus compañeros se le quedaban mirando con algo de susto cuando hasta segundos antes escuchaba carcajadas salir de aquella aula.

Rápidamente, todos parecieron cambiar su tema de conversación o solo seguir en sus cosas, dedicándole varias miradas críticas y escuchando como murmuraban entre ellos.

¿Qué era lo que estaba pasando?

Segundos después, vieron como Tighnari se acercaba a ellos rápidamente, con el rostro algo preocupado mientras parecía buscar algo en su móvil.

—Nari, ¿Qué es lo que sucede?— preguntó Albedo —¿Por qué todos están tan raros hoy?

—Es que...— murmuró, soltando un pezado suspiro antes de prestarles su móvil —Mejor véanlo por ustedes mismos.

Una vez que tenían ese móvil en su mano, ambos pudieron observar mejor lo que su amigo tenía para mostrarles, siendo esto una imagen que había sido compartida y reenviada por uno de sus compañeros de clase a su chat privado con este mismo.

Los ojos de la chica se abrieron completamente horrorizados al ver mejor aquella imagen.

Era una fotografía que había tomado justo el día en que ella se había reunido con Zandik la semana pasada, captando ese momento en que ambos estaban juntos en ese café del centro de la Ciudad, de una forma bastante cómoda y hasta amigable.

Así que, todos la veían de esa forma al haber visto esa fotografía y pensar lo más obvio del asunto: había tenido una cita con uno de sus profesores, un doctor bastante respetado y que, además  era un hombre casado.

Un gran escándalo para cualquiera, y más para esa pobre chica que, en ese momento, no tenía idea de como defenderse de semejantes chismes.

—Tú... ¿Eres la de la foto?— preguntó Albedo en voz baja, después de que los tres se habían retirado a un lugar más alejado de los demás en el aula.

—S-Sí... Pero... No es lo que parece— dijo, hablando al instante, notándose los nervios en su voz —Yo no me reuní con el Doctor Zandik por una cita o algo así, solo hablamos de algunas cosas que teníamos pendientes desde hace tiempo.

—"Miren nada más, ahora sabemos porque el Doctor Zandik se apiado de los que habían salido mal en sus exámenes"— citó Tighnari el comentario que tenía aquella foto en su descripción —Pues, alguien parece que se aprovechó de esto para hacerte quedar mal.

—Pero, de verdad... Yo no fui a nada malo, yo no-...— el rubio la tomó por su brazo para tranquilizarla, notando como comenzaba a ponerse algo más ansiosa por la situación —Se los juro, no es nada de lo que piensan.

—Nosotros te creemos, _____— afirmó Albedo, a lo que Tighnari también asintió —Solo que, tú sabes muy bien que estas cosas siempre se van a prestar a chismes más grandes de lo que pueden ser... Y tal parece que la gente es tan tonta que se va a creer todo lo que vea en redes.

—Tal vez... Puedas hablar con el Doctor Zandik para ver que pueden hacer en estas situación, ya que también le puede afectar a él— sugirió el de cabellos oscuros, antes de escuchar como la puerta del lugar se abría, dejando pasar a otra persona que hizo que todos se acercasen a sus propios lugares.

—Buenos días a todos, Jóvenes— saludó formalmente aquel hombre mayor, a lo que todos sintieron en forma de saludo —Vengo a informarles el Doctor Zandik no les dará la clase del día de hoy, y probablemente tampoco en lo que queda de la semana. Así que, tienen estas hora libres.

Todos parecieron sorprenderse por ese anuncio, al tiempo que los murmullos volvían a darse en todo el salón de clases, haciendo que esa chica pareciera aún más tensa en esa ocasión, algo que alertó a sus amigos.

—Señorita Ragnvindr— le llamó aquel hombre —Venga conmigo. Tengo que hablar con usted en privado sobre una situación.

—E-Enseguida voy, Director— respondió, sintiendo como su pequeño corazón latía a mil por hora en ese momento, echando una última mirada a sus amigos que solo le sonrieron en un intento de apoyarla y animarla antes de que saliera por la puerta del sitio.

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