Capítulo 15

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_____: Entonces, ¿Vas a llegar algo tarde al departamento?

Albedo: Sí, al final estuvo bastante interesante el tema del taller de hoy y Tighnari dijo que si era buena idea seguir investigando un poco al respecto.

_____: Y tú le dijiste que sí.

Albedo: Cyno viene en unos minutos para hacernos compañía, así que mucho estudio que vayamos a hacer después que llegue, no creo que sea.

_____: Y seguramente Kaveh también vaya de colado.

Albedo: Exactamente.

Albedo: En fin, no voy a llegar temprano al departamento, así que, tú tranquila. Disfruta de tu cita con Al-haitham.

_____: No es una cita, solo es una cena de amigos.

Albedo: ¿Una cena de amigos en un restaurante tan bonito y caro?, claro que sí.

_____: Cosa que ya hemos hecho tú y yo antes, y al menos de mi parte, nunca lo consideré un cortejo de parte tuya o mía.

Albedo: Bueno... Puede que tengas razón.

Albedo: Como sea, disfruta de la noche, ve tranquila a cenar y pásenla bien.

_____: Tú igual, Al.

_____: Salúdame a los chicos.

Después de dejar su móvil de lado una vez más, siguió con su arreglo personal, así como esa ligera capa de maquillaje que había logrado terminar en pocos minutos más, levantándose de su tocador para poder ver el look completo.

Sencillo, pero armonioso y hasta algo elegante, perfecto para la ocasión y el sitio a donde iría a cenar esa noche con aquel chico que, si bien recordaba, no tardaría mucho más en llegar por ella, tal como habían acordado.

Una simple cena de amigos, parecido a lo que muchas veces había hecho con Albedo o con algún otro conocido en Mondstadt. Algo bastante tranquilo y solo con el afán de pasarla bien un rato después de tantas cosas que había vivido en esa semana en la Universidad.

Vaya que necesitaba ese descanso.

Poco tiempo después, había mirado una vez más su móvil, hasta leer ese nuevo mensaje de su compañero de esa noche, quien ya había llegado al edificio departamental y estaba esperándola para poder comenzar con sus planes de esa ocasión.

La chica tomó sus cosas, se dio otra mirada al espejo y se dispuso a salir de su hogar, tan solo para encontrarse con aquel chico al otro lado de la puerta de su departamento, cosa que le había sorprendido un poco.

—Buenas noches, _____— le saludó cortesmente el otro.

—¡Al-haitham!, buenas noches— correspondió con su bonita sonrisa —Creí que me estarías esperando en la recepción.

—Oh, eso había pensado, pero creí que sería mejor y más amable venir por ti hasta tu departamento— dijo, sin darle demasiada importancia al asunto —¿Nos vamos?

—Jeje... No debiste molestarte— murmuró, cerrando con llave la puerta del lugar —Claro, vamonos.

Ambos chicos habían bajado por el sitio hasta salir del edificio, siendo principalmente la joven extranjera quien lograba crear una sencilla pero interesante conversación junto a aquel chico que apenas si respondía lo indispensable, pero que mostraba gran atención hacia las palabras de la fémina.

Algunos minutos después, ambos se encontraban en el estacionamiento del lugar, donde el chico había guiado a su amiga hasta ese auto donde habían abordado para retirarse a su destino. Un vehículo un tanto lujoso e impecable, como podría esperarse del hijo de una importante familia de comerciantes y que también le recordaba a sus dos queridos hermanos cuando la llevaban a algún sitio en Mond.

Al-haitham se había comportado realmente caballeroso y amable en todo ese rato, algo que, si bien ya estaba acostumbrada a ver por su parte, ahora mismo parecía sentirse más en el ambiente. Tal vez sería por el hecho de que ahora estaban ellos dos solos, siendo la primera vez que así sucedía.

Eso, sumado a lo atento que era a cada cosa que decía, lograba hacer de su compañía algo que realmente llegaba a hacerla sentir tranquila y agradable, cosa que agradecía muchísimo.

Al llegar al restaurante, los dos habían entrado, siendo el mayor quien había pedido la mesa qué había reservado para esa noche, cosa que les fue concedida sin problema alguna, siendo guiados por la amable camarera hasta sus lugares en ese tan bonito establecimiento.

Una mezcla entre lo tradicional de Sumeru y una gran elegancia moderna. Algo que se sentía realmente cómodo solo de verlo y escuchar la suave música que había en el sitio.

—Pide lo que gustes, me han dicho que tienen muy buena comida aquí— mencionó el chico en cuanto les habían entregado los menús —La cena de hoy corre por mi cuenta, así que, no tienes que ser modesta.

—Eh... Haitham, no hay necesidad, yo también traigo-...

—No sería amable de mi parte si dejo que pagues cuando yo fui quien te invitó, ¿No?— dijo, a lo que la otra solo desvió un poco su mirada —No te preocupes, de verdad. Yo invito.

—... Gracias, Haitham— respondió, sonriéndole una vez más —Pero a la próxima, me aseguraré de pagar yo, ¿De acuerdo?

—Como gustes— afirmó con ese tono algo serio que siempre portaba, escuchando una ligera risita de parte de la chica.

Seguido de eso, ambos habían estado leyendo el menú para escoger lo que pedirían en esa velada, aunque ciertos orbes esmeraldas habían estado observando por encima de esas elegantes hojas a aquella bonita muchacha que parecía observar con curiosidad cada opción que había para degustar en aquel lugar.

Era él ó... ¿Se veía mucho más bonita que en cualquier otra ocasión?

Sin embargo, al estar tan embelesado con la apariencia tan preciosa de aquella muchacha, no había alcanzado a pecartarse de aquellos ojos rojizos que elo miraban fijamente a la distancia, con un brillo más que amenazante.

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𝐓𝐞𝐚𝐜𝐡𝐞𝐫'𝐬 𝐏𝐞𝐭 - Dottore/ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora