𝐓𝐞𝐚𝐜𝐡𝐞𝐫'𝐬 𝐏𝐞𝐭 - Dottore/Reader

Capítulo 10

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—Bien... ¿Pueden explicarme porque esa fotografía donde claramente aparecen ambos esta rondando por toda la Universidad?

No podía hablar, se había quedado completamente muda desde que había pisado el suelo de aquella oficina, desde que había visto como aquel hombre de cabellos azulados también se encontraba ahí, entendiendo perfectamente lo que el Director de la Facultad quería hablar con ambos en ese momento.

Zandik, a pesar de notarse tranquilo como siempre, era obvio que tampoco sabía del todo que decir en una situación como esa, mirando de reojo varias veces a la pobre chica que parecía querer que la tierra se la tragase y la desapareciera de cualquier forma posible.

Vaya que estaban en un buen aprieto, viese por donde lo viese.

—Director Naphis, creo que hubo un malentendido con esa fotografía que usted nos indica— habló por primera vez el médico.

—Bueno, Doctor Zandik, dígame que es lo que ocurre, porque el mismo Rector Azar me está pidiendo una explicación inmediata a esta situación.

—Bueno, primeramente, debo ser completamente sincero— mencionó —Como puede verse en la imagen, es obvio que los que están ahí, somos tanto yo, como la Señorita Ragnvindr, justo en el Café Puspa en el Centro de Sumeru.

—Hmm...— sus ojos ahora se fueron hacia la chica —Señorita Ragnvindr, ¿Qué hacía con el Doctor Zandik en ese lugar?

—¡A-Ah, bueno, yo-...!— habló, aunque quedándose callada por unos momentos para pensar bien su respuesta —Realmente, estábamos hablando de algunas cosas que teníamos pendientes.

—¿Qué cosas pendientes?

—Hace unos años, el Doctor Zandik atendió a uno de mis hermanos, y pues, digamos que la condición que mi hermano tuvo en ese entonces, dejó algunas secuelas, así que, mi padre me encargó que le preguntase al Doctor Zandik sobre eso— explicó la chica, notándose aun algo nerviosa durante su discurso —También, él participó en una cirugía que se me realizó poco después de eso, y pues, quería mantenerse al corriente de que todo siguiera bien conmigo, porque fue un procedimiento muy riesgoso.

Al escuchar aquello salir de los labios de la muchacha, Zandik no pudo sonreír internamente, mirándole de reojo con algo esa expresión aliviada al ver como parecía comenzar a convencer a su superior.

Realmente era una chica algo más madura que la _____ que recordaba d hace tres años atrás.

—Bien... Tiene sentido, no lo voy a negar— expresó el mayor —Pero aun así, ¿Era necesario que estuviesen los dos a solas en un lugar público?

—Era solo una platica tranquila, era obvio que no nos esperasemos que alguien nos tomase una fotografía y la sacara de contexto de esa manera— defendió esta vez el de cabellos azules —Yo solo estaba con _____ en calidad de médico. Incluso mi esposa sabía muy bien donde estaba en ese momento.

Eso último sí que fue inesperado para la chica, y más aun al realmente saber la verdad de toda aquella cita que ahora mismo, se encargaban de esconder con sus trucos y mentiras improvisadas.

—Aún así, Zandik, creo que sabes muy bien la responsabilidad que tienes al ser profesor y tener una reputación que mantener con tus alumnos y ante tu trabajo, ¿No es así?

—Claro que lo sé, y por eso mismo estoy aquí, diciéndole la verdad junto a la Señorita Ragnvindr. Tanto por mi imagen, como la de mi alumna, que seguramente también pueda salir muy afectada por esto si las cosas siguen así.

—...— un pesado suspiro salió de los labios del Director, volviendo a ponerse de pie en su asiento —Por los Dioses, esto realmente que es un dolor de cabeza... Y todo por una simple fotografía.

—Usted sabe muy bien que hay alumnos que buscan hacerle daño tanto a otros de sus compañeros, como a sus profesores. No me sorprendería que algo así hubiese pasado esta vez— afirmó el cirujano —Trate de buscar al culpable de todo esto. Le aseguro que mis suposiciones son ciertas.

—Lo haré, de eso no cabe duda. Si no, Azar va a tenerme en la mira hasta que resuelva esto— mencionó —Por otro lado, y ya que su discurso es coherente y razonable... Es obvio que no voy a amonestar a ninguno de los dos.

—¿D-De verdad?— preguntó esperanzada la chica.

—Sin embargo...— continuó —Que esto no se vuelva a repetir; Zandik, si necesitas hablar algo con la Señorita o con cualquiera de tus alumnos, que sea en el aula de clases o en tu oficina. Si es algo de índole médica, tienes tu consultorio en el hospital o tu consulta privada.

—Le prometo que no volverá a pasar— asintió el hombre.

—Señorita Ragnvindr— le llamó a la chica —Tenga mucho cuidado con este tipo de situaciones, tanto por usted misma, como por la reputación de su familia, ¿Quedó claro?

—S-Sí, Director... No volverá a suceder— dijo elle también.

—De acuerdo, entonces, yo veré que hago para investigar el culpable de todo esto lo más pronto posible. Sería todo lo que quería preguntarles y decirles— indicó el hombre —Zandik, no darás clase en todo lo que resta de la semana para que las cosas se calmen un poco; Señorita Ragnvindr, puede volver a sus clases o retirarse por hoy, como usted guste.

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