Harmonía

Cap.1 Hijos del siglo

Mientras camino por el pasillo de mármol blanco en dirección a la gran puerta dorada con detalles grabados en oro me replanteo las cientos de posibilidades en las que podría arruinar esto.

Mamá viene caminando detrás discutiendo con Eros, que se olvido una de sus cadenas... como si tener dos no le bastarán.

-Te dije que no olvidaras nada! - cualquiera pernasaria que esta más nerviosa que nosotros.

- No necesito un tonto brazalete para resaltar más que el resto - contesto el muy egocéntrico, a veces dudo si narciso le llegara a los talones.

- Papá, no viene?- decidí interrumpir la discusión.
Los tres dejamos de caminar a unos metros de la puerta.

- No cariño, esta con tus hermanos en otra puerta. -

14 puertas. Catorce gigantescas puertas que llevan al gran salón del Olimpo, cada uno de los dioses más importantes tiene una puerta propia talladas en oro con un símbolo característico de sí.

Sobre la de mamá hay un corazón y una flecha. Son lo que los representa y a eso venimos nosotros, a poner la cara por nuestros padres esperando hacerlos sentir orgullosos de elegirnos.

La presentación de los hijos del siglo se celebra como su nombre lo dice cada cien años, en ella cada uno de los dioses mayores debe presentar formalmente a dos de sus hijos que hayan nacido durante dicho período de tiempo.
Condición? Solo una, sin padre/madre mortal. Puede ser hijo de ninfas o incluso musas pero jamás humanos.
Incluso se pueden presentar hijos del mismo género.

La idea de ser elegido por tu progenitor es un honor ya que estos deben elegir a quien consideran que los representa mejor, por lo cual si ninguno es "digno" o durante el tiempo estimado no hay un nuevo hijo pueden ser representados por sus hermanos predecesores.

Eros y yo nacimos en el último siglo y como tal debemos ser presentados, tuvimos una reunión familiar para hablar al respecto.
Ya que cada uno de los grandes debe presentar dos hijos papá eligió a los gemelos Fobos y Deimos quienes lo acompañan a sus guerras durante los pasados dos siglos.

- Ya es hora - dijo mamá y en un reflejo absoluto Eros y yo cruzamos miradas, físicamente estábamos impecables... mentalmente eramos un manojo de nervios.

Los ojos azules de Eros estaban radiantes como de costumbre y la luz que se colaba por los altos ventanales hacia destellar su cabello rubio haciéndolo ver casi dorado.
Llevaba una tela blanca amarrada a la cintura y otra tela más delgada colgaba de su hombro izquierdo para cubrir un solo lado de su torso dejando ver gran parte de su trabajado abdomen, un ligero tul rosa le daba el color característico de nuestra madre. Y estaba repleto de accesorios dorados.

Se que él me estaba analizando también, si el contraste de mi maquillaje no opaca mis ojos grises o la palidez de mi piel a juego con mi cabello azabache. Llevaba un vestido largo rosado y la tela cubría mis pechos cruzándose hasta anudarse en mi cuello dejando gran parte de mi ombligo a la vista aun que una cadena delicada colgaba del cruce del vestido sobre el y un tul blanco hacia que contraste perfectamente, sumado a que también estaba repleta de cadenas doradas.

- Harmonía a mi derecha y Eros - mamá lo tomo del brazo y coloco a su lado - tú a mi izquierda-

Ella se puso unos pasos adelante y cuando la puerta de abrió comenzó su firme caminata. Mientras la seguíamos intentaba no perder ningún detalle de la gran sala del Olimpo, era un gigantesco salón circular bañado en oro con un circulo vacío en el centro superior del cual colgaba un candelabro bastante extravagante, en sus muros así como el borde superior se encontraban estatuas de oro de los catorce dioses más importantes y en el centro de este se encontraban 24 tronos de oro siguiendo la estética orbicular.

Nuestra madre con su elegante vestido rosado, se situó entre dos de los característicos asientos con el mismo símbolo de la puerta que dejamos atrás.

Estaba tan despistada que no llegué a notar que todos entramos a la vez, hasta que luego de situarme en mi lugar en diagonal a mi dirección vi a mis hermanos.

- Esto es muy sencillo, cuando sean nombrados deben ponerse de pie y sonreír - ella nos daba indicaciones y nosotros escuchábamos con atención - Recuerden no mirar mal a ninguno de los hijos de los 3 mayores. -

- ¿y si ellos nos miran mal? - pregunto mi hermano mientras arqueaba una ceja.

- En ese caso desvias tu mirada, entendido?- no era una pregunta era una sentencia - no es conveniente tener problemas ni con ellos, ni con sus padres.

Un arpa sonó de fondo finalizando la conversación.

- Ya es hora, yo y el resto de los dioses estaremos en balcón de allí - señaló hacia arriba y efectivamente un balcón se encontraba en la partes superior del salón, sin embargo otro mucho más grande cubría el resto de los bordes de la estancia. El más pequeño era para los 14 grandes era notorio ya que estaba un poco más elevado que el otro, el más grande era para sus descendientes, todos los que alguna vez fueron presentados aquí. De seguro el resto de mis hermanos se encontraba allí.

En balcón superior ya se encontraban Dionisio con una copa de vino y la característica corona de laureles dorados que todos llevamos puesta, aun que la suya tuviera una uvas decorativas. Y a su lado estaba Hades juzgando todo y mirando con recelo como si todo aquello lo aburriera.

Volví mi vista al centro y al ver a todos sentados casi se me explota el corazón. Ya era hora.

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Holii de nuevo, espero que les haya gustado esta primera parte de la historia, en la próxima se resultarán nombres quizás un poco extraños, espero que no sea tan confuso.
Gracias por tantoo <3

Les dejo esta imagen que encontre en el podesoro pinteres que me dio muchas vibes de Harmonía. Obviamente cada quien puede imaginarlos como quiere, solo me pareció lindo y divertido.