Desperté entre mis sábanas terriblemente cansada, me pasé más de la mitad de la noche pensando en lo que había dicho Hefesto y la otra mitad pensando en el beso con Zagreo. Quizás él tenía razón y no debería preocuparme tanto por las palabras del dios del hierro y las creaciones.
Con el cuerpo pesado me dirigí a mi cuarto de baño para asearme y luego busque en mi armario un vestido para hoy. La elección fue uno blanco sencillo con detalles dorados y un broche también de oro.
Hoy no habría entrenamiento porque papá se pasó de copas ayer festejando haber ganado la apuesta con Dionisio y los gemelos le siguieron el juego así que no despertarán hasta el mediodía.
Entonces Eros y nuestra madre decidimos ir al pueblo para distraernos un poco. Compramos nuevas prendas de vestir, recorrimos unas cuantas viviendas y fuimos a la fuente del centro del pueblo a comer unas frutas, el lugar estaba bastante circulado por sus habitantes por el hermoso clima que reinaba el día de hoy.
Una pequeña comenzó a bailar y unas jóvenes comenzaron a tocar melodías con sus arpas e instrumentos más movidos, otros pequeños comenzaron a acercarse a ella y con Eros nos reímos recordando nuestra infancia en la aldea, al parecer mamá recordó lo mismo porque una sonrisa melancólica se posó en su rostro.
La pequeña Arkena saltaba y bailaba feliz, era normal para nosotros reconocer a la mayoría de personas del pueblo, Arkena era una niña de unos 3 o 4 años con cabellos rubios y ojos azules terriblemente tierna y simpática. Se aproximó a mí con su vestido rosa palo girando sobre sus pies.
- Baila! - me dijo estirando su pequeña manito, quería hacerlo pero me giré a mi madre en busca de aprobación y cuando asintió tomé la mano de la niña acercándome y sintiendo la mirada de todos.
- Eso Nia! Vamos! - grito Eros haciéndonos reír a todos los presentes.
Comencé a moverme junto a mi pequeña compañera, mientras la música movía mis extremidades la pequeña saltaba junto a mi tomando mis manos. Luego de bailar unos minutos di unas vueltas sobre mis pies y cuando un paso me jugó en contra caí quedando sentada entre los niños, un silencio se posó ante mí caída hasta que mi hermano comenzó a reírse y yo no pude contener la risa a carcajadas.
Luego los niños comenzaron a reírse y Arkena se lanzó a mis brazos mientras yo me encontraba aún en el suelo. Entonces me abrazo fuerte entre sus pequeños bracitos.
- Estás bien princesa? - entonces me reí con ella.
- Si pequeña, tranquila solo que...- entonces entrecerré un poco los ojos y ella me miró un poco asustada cuando comencé a hacerle cosquillas sobre mi regazo.
Un silencio abismal se posó en el lugar dejándonos solo a mi y a la pequeña riéndonos cuando un niño que estaba frente a mí miró tras mi espalda, gritó y salió corriendo. Entonces levanté la vista en aquella dirección.
- Hades, qué los trae por aquí?- mi madre no se molestó en sonar sorprendida ante la presencia del dios del infierno junto a su esposa y su hijo.
- Ares nos invitó a almorzar anoche, pensé que no estaba tan ebrio como para olvidar mencionarlo- hizo una pausa notando la mirada de todos - no quería interrumpir su fiesta lo siento.
- No te preocupes, solo pasamos a saludar- dijo mi madre poniéndose de pie y despidiéndose de todos - vamos al palacio.
Zagreo me estaba observando cuando noté la mirada de reproche de mi madre. Me puse de pie con cuidado de no golpear a la pequeña que se escondió detrás de la falda de mi vestido.
- Mis hijas se encuentran con Himero y Anteros, que nos informaron que estaban aquí- mientras hablaban comenzaron a dirigirse al castillo.
- Enseguida los alcanzo- dije quitando la vista de todos sabiendo que Eros iría con ellos para saludar a Macaria.
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Harmonía
Roman d'amourLa hija de la diosa del amor y el dios de la guerra se verá bajo el ojo de venganza y cautela de Hera por la desobediencia de sus padres. La diosa buscara emparejar a la joven con el hijo de Hefesto contra su voluntad, cuando una brillante idea la l...