Harmonía.
El cuerpo me dolía y sentía mi cabeza palpitar, llevé mi mano hasta el punzante dolor y se agudizó haciéndome soltar un gemido. Sentí algo líquido y cuando intenté ver mi mano en la oscuridad distinguí un líquido oscuro.
Sangre húmeda entre mis dedos y seca en algunos mechones de mi cabello. Si ya se había secado gran parte, significaba que llevaba tiempo allí.
Intenté ponerme de pie pero la cabeza me dio vueltas causando mayor dolor y mi pierna derecha pesaba con un sonido metálico haciéndome caer nuevamente. Moví mi mano hasta mi tobillo sintiendo un grillete con cadenas.
El suelo frío no ayudaba a calmarme y agradecí que Arkena pudiera escapar, pensé si sabrían que había ocurrido y cómo estaría mi madre. Pero aún más importante, ni siquiera yo sabía que había ocurrido o donde estaba.
Escaneé a mi alrededor, una luz escasa se colaba bajo las maderas de una puerta iluminando apenas. La cadena unida al grillete de mi pie se perdía por un agujero en la pared, el resto estaba vacío con excepción de un trozo de tela sucia junto a mí, el lugar era frío y húmedo y escuchaba una gotera aún que no sabía de dónde venía.
Me arrastre hasta la puerta viendo por debajo, no había nada, otras puertas y velas entre ellas. Un lugar tétrico y sombrío. Golpee sin fuerzas.
- Hola! - nada. Ninguna señal de vida, entonces junte todas mis fuerzas para golpear - ayuda! Debe haber un error!.
Unos pasos se aproximaron y yo retrocedí cuando golpearon fuerte del otro lado.
- Cállate! - era una voz sombría y pesada. - no hay ningún error, luego hablarán contigo.
- Por favor, me duele la cabeza...- seguía mareada y se me nublaba la vista.
- Pues te jodes!.
Me resigné y me ubiqué en una esquina abrazando mis piernas pegadas a mi pecho para luego llorar. Así estuve por horas, paraba cada tanto pero el dolor me impulsaba a seguir llorando.
De pronto pensé en que Arkena debía estar preocupada, que mis hermanos debían estar afligidos, mi padre destruiría reinos si no me encontraba, mi madre debe estar devastada y Zagreo... esperaba que estuviera bien, no sabría que podría estar sintiendo él pero espero que cuide bien a Parca y Harsal.
Luego de horas volví a escuchar pasos, se aproximaban tranquilos y serenos hasta detenerse tras la puerta.
- Mi señora, la joven ya está despierta.
Entonces desde mi rincón vi la puerta abrirse, con una delgada y alta silueta femenina. Me costó enfocar por lo acostumbrada que estaba mi vista a la oscuridad.
- Eris? - soltó esa oscura risa que la caracterizaba hasta acercarse a mí.
- Cómo te sienta la vida de casada pequeña zorra? - estaba procesando la sonrisa felina que se posaba en su rostro, cargaba un destello de irá.
- Qué demonios hiciste Eris? - estaba molesta y quería una explicación aún sabiendo que estaba en desventaja.
Entonces quise acercarme a ella pero lo hice de forma brusca y caí al suelo de rodillas cuando la cadena disminuyó su largo en la pared. Entonces Eris soltó una carcajada, suspiré y levanté la cabeza para mirarla.
- Te gusta tu nuevo accesorio? Fue un obsequio de Hefesto para mantenerte quieta - se recostó en el marco de la puerta con expresión de asco- estas horrenda.
- Púdrete - ella se acercó a mí y me dio una bofetada seca.
- Debes cuidar como me hablas zorra- salió por la puerta y tomó una silla oscura que colocó frente a mí para tomar asiento.
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Harmonía
RomantizmLa hija de la diosa del amor y el dios de la guerra se verá bajo el ojo de venganza y cautela de Hera por la desobediencia de sus padres. La diosa buscara emparejar a la joven con el hijo de Hefesto contra su voluntad, cuando una brillante idea la l...