Era de noche cuando Freen logró convencer a Becky de ir a un bar cerca de donde vivía después de una gran jornada de trabajo. Ahora se encontraban sentadas en una de las esquinas del lugar, esperando a que su primera ronda de alcohol llegara hasta su lugar y comenzar con la noche.
—Realmente no sé cómo me convenciste en venir.—Habló la inglesa mientras observaba el lugar con pavor, como si las personas ahí fueran grandes y temibles monstruos o el alcohol fuera ácido.
—Por favor, no es como si te hubiera traído a un lugar demasiado exótico, solo relájate y deja que el alcohol inunde tu sistema para ver si así consigues relajarte un poco.—Sonrió y señaló al otro lado del bar, donde estaban dos personas en un karaoke mientras en sus manos llevaban de botellas de vidrio y brindaban al compás de la canción.—Nosotras estaremos ahí.
—¿¡Qué!?—Pegó un grito que hizo que las personas alrededor voltearan a verlas.
—¿Nunca te llamó la atención hacer karaoke en un bar? ¿O jamás cantaste a todo pulmón cuando estabas sola en casa? ¿O en la ducha?
Sí.—No, jamás.
Freen la miró con expresión de sorpresa, pero asintió. —Bueno, entonces... Cuéntame de algo que siempre te apasionó por experimentar de niña y que aún no lo hayas hecho.
Un amor como el de mis padres... Enamorarme y no salir lastimada.
—Nunca anhelé nada, solo cumplir con mi rol en la empresa de mi padre.
—Eso está bien, en mi caso siempre soñé embarcarme en un mar de aventuras. Siempre me gustó descubrir nuevos lugares, soy fiel a que tanto cada persona tiene una historia para contar, los lugares también lo tienen, ¿Cuál es tu historia, Rebecca?—La última pregunta la hizo con ademán de bromear, pero solo provocó más tensión sobre los hombros de la mayor.—Hey, solo lo dije jugando, no tienes porqué temerme.
La mesera llevó la ronda que Sarocha había encargado y observó la expresión de sorpresa y miedo de Becky cuando dejó la orden y se fue.
—Entonces, brindemos por nuevas experiencias, disfruta mientras que yo me encargo de que todo salga bien.—La menor mencionó elevando el primer vasito y lo empinó en su boca, provocando un ardor en su garganta al tragar.
Y sin más, Becky siguió sus mismas acciones.
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—¡Girls, girls just wanna have fun!—Freen cantaba sobre el micrófono mientras leía la letra sobre la pantalla y hacía gritar a su pequeño público de espectadores.
Rebecca cubría su rostro con sus manos y sonreía cuando Freen la señalaba y la llamaba a cantar a su lado, pero solo negaba divertida. Estaba pasando una buena noche desde que Freen se atrevió a subir a la tarima y abarcar el karaoke para ella solo, luciendo sus dotes de canto y ganándose aplausos del público.
Y mientras la veía disfrutando de las canciones que escogía en la pantalla y cantaba como si fuera la única en el lugar, sintió una emoción extraña en su pecho. Y es que en el fondo anhelaba sentirse tan libre como ella, tan despreocupada de la vida y llena de alegrías, la forma en que se aventuraba y tomaba cada acción como un reto por cumplir... Extrañaba ser así.
Recordó sus tiempos de escuela, cuando era la compañera de aventuras de todo aquel que se lo pidiera, la de gran corazón y también el alma del grupo, pero también la que conseguía la consciencia de las personas cuando no hacían algo correcto.
Pero todo eso se esfumó tan pronto como la graduación se acercó y el inicio de la vida adulta llegó a su puerta, y la felicidad que tanto desbordaba se fue apagando. Sin embargo, no contaba que aún resguardaba en su pecho una pequeña mecha de fuego que esperaba ser reavivada.
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Girl of my dreams「 Freenbecky 」
FanfictionDespués de su última relación fallida, Becky tiene que luchar con todas sus inseguridades que salen a flote y coloca una barrera para no permitir que nadie se acerque a ella, de esa manera evitar salir lastimada nuevamente. ¿Qué pasa cuando en una...