Girl of my dreams「 Freenbecky 」

Ex𝘁𝗿𝗮

El evento se llevaría a cabo en la playa, disfrutando del mar, ver como las olas chocaban entre sí y sentir el suave aroma de la brisa fresca, la textura de la arena en los pies y las sales que se arremolinaban en las pieles. Eran el tipo de acto que querían hacer frente a un lugar que les provocara la sensación de libertad y armonía, en eso estaban de acuerdo.

—¿Estamos listos por acá?—Cuando uno de los amigos de Becky se acercó hasta donde Freen esperaba junto a su mejor amiga antes de que la ceremonia iniciara, asintió a su pregunta.

—Iniciemos antes de que los novios se arrepientan.—Heng pronunció divertido, mientras masajeaba los hombros de su amiga, tratando de aminorar sus nervios.

—Gracias por tu voto de confianza.—Becky pronunció con un deje de ironía, mientras repasaba sus votos.

La música sonó, dando el inicio de la ceremonia, todos los presentes tomaron su lugar, y aquellos que se encontraban en las sillas se pusieron de pie mientras miraban a donde Freen venía de la mano de su padre. Rebecca tragó saliva tan pronto como la vio caminar en su dirección y sintió como todo lo que se encontraba a su alrededor desaparecía

El vestido que Freen llevaba no era pomposo o demasiado extravagante, de color blanco tradicional pero escotado en la parte frontal y con la espalda descubierta con el corte que quedaba en la parte baja. Los holanes que colgaban cubiertos por pequeñas piedras que resplandecía con los leves rayos del sol antes de ponerse en su punto más alto. Su cabello recogido por medio de una horquilla, revelando su cuello cubierto con un pequeño collar y siguiendo con unos pendientes a juego.

El velo que caía sobre sus hombros se arrastraba muy levemente por la arena ,le daba una imagen tan etérea que la inglesa se cuestionó si realmente estaba viviendo aquella etapa de su vida que siempre anheló o solo era una mal sueño y en cualquier momento todo se distorsionaría.

Pero cuando Freen llegó a su lado y tomó su mano con una sonrisa cuadrada que adornaba por completo su rostro volvió a la realidad

—Te ves como un ángel.—Mencionó antes de girarse por completo ante el encargado de unirlos en compromiso.

Consiguió un leve sonrojo de parte de la menor, lo que provocó una sonrisa de agradecimiento y luego se dispusieron a prestar atención ante la recitación del hombre.

—Estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio a estas dos almas que lograron encontrarse en lo adverso.—Cuando inició, Becky solo se limitó a observar por el rabillo del ojo a Freen, la cual aferraba su mano en el ramo de flores que cargaba frente a su pecho. —Es hora de decir los votos.

Cuando se voltearon y quedaron frente a frente, unieron sus manos y Becky inició.

—Prometo que, tanto en esta vida y la que siga, te amaré con la misma intensidad con la que tú lo haces conmigo; porque lo nuestro no es una cosa minuciosa, es algo que hemos forjado con el tiempo, y solo necesito que estés a mi lado para que todo marche de maravilla. Te prometo que nunca dejaré de aprender de ti. Aunque tengamos tiempos difíciles y no veamos la salida, podremos salir juntas, porque ya lo hemos hecho y podremos hacerlo tantas veces como la vida nos lo permita. Eres mi compañera de vida, la mitad que me complementa, te hago entrega de esta sortija en honor a nuestro amor y devoción.

Cuando la sortija fue insertada en el dedo correspondiente, Freen prosiguió con sus votos.

—Cuando te veo lo único que puedo sentir es amor; mi corazón se acelera, los nervios me carcomen y mi estómago se siente como decenas de mariposas revoloteando, y aunque pase el tiempo, la sensación no se apacigua, solo incrementa. No seremos perfectas, pero es por eso que nos tenemos, para complementarnos en lo que carecemos; somos un equipo y estamos en las buenas y en las malas, en las peores y en las que conlleva mayor sacrificio. Habrá momentos en los que queramos salir corriendo, en los que alguno querrá darse por vencida, pero para eso estará la otra para no dejarla caer; porque de algo que estoy segura es de esta unión y de mi gran amor y anhelo por entregarte todo de mí. Por eso te entrego esta sortija para demostrarte que no habrá más barreras entre nosotras que puedan porque te amo y sé que estamos hechas para estar la una con la otra.

Las sortijas fueron puestas en las manos contrarias, y cuando los votos finalizaron, el padre los declaró oficialmente esposas, sellando su unión con un beso que arrasó todo pensamiento coherente de sus mentes y se aferraron a la otra como si su vida dependiera de ello. El ramo cayó a sus pies, mientras Freen se aferraba a las solapas del traje perfectamente planchado de su esposa y Becky colocaba una mano en su rostro para acunarlo y tenerla lo más cerca posible. Estaban tan sumergidas en la emoción del momento que los aplausos y gritos de alegría por parte de sus invitados las sacó de su trance y se separaron, siendo recibidos por pequeñas explosiones de pétalos, Becky se percató del ramo y lo levantó para entregárselo a su esposa y comenzar a caminar por el pasillo hasta la recepción donde se llevaría a cabo la fiesta.

Y las dos habían tachado uno de sus mayores anhelos, ahora eran esposas y nadie podría dudar del amor que se tenían.

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—¿Crees que noten nuestra ausencia?—Becky cuestionó mientras soltaba pequeñas carcajadas ante su travesura de escaparse.

Habían decidido abandonar la fiesta antes de partir su destino, tomarían un avión donde comenzarían su luna de miel pero antes querían disfrutar de la playa y de la soledad de esta.

—Están lo suficientemente ocupados alegando quien atrapó el ramo como para darse cuenta, de todas formas estarán bien sin nosotras.—

Tomadas de la mano, corrieron como dos niñas hasta el inicio del mar, donde la marea subía suavemente y sus pies eran cubiertos por la frialdad de esta.

—Me mojaré el vestido.—Freen formó un leve puchero al ver que la marea seguir subiendo, pero antes de poder sugerir algo, sintió como Becky se inclinaba rápidamente y colocaba una mano en la parte trasera de sus rodillas para cargarla contra su pecho.

Las dos rieron y caminaron de esa manera hasta que se sintieron lo suficientemente lejos de la fiesta y se sentaron frente al mar mientras la iluminación de la luna alumbraba un leve sendero sobre el agua.

—¿Te imaginabas estar así?—Freen cuestionó cuando el silencio adornó el lugar.

—¿De qué forma?

—Así, cuando nos vimos por primera ocasión imaginabas que íbamos a llegar hasta este punto, o solo fue algo inoportuno y no habría otra oportunidad de vernos.

—Debo confesar que en la segunda ocasión en la que coincidimos, yo te vi pasar y salí rápido de mi trabajo para poder alcanzarte.—Confesó con una sonrisa y Freen esperó a que siguiera.—Pasaste justo enfrente del edificio donde trabajo, pensé que imaginaba pero te reconocí y dejé todo lo que estaba haciendo por ir a verte porque quería hacerlo, no podía dejar de pensar en ti y en la posibilidad de volvernos a ver, por lo que no lo desaproveché y salí en tu búsqueda. Al principio, te perdí el rastro, y cuando creí que había perdido la oportunidad de volver a encontrarnos, te vi detrás de un pilar del edificio y bueno, sabrás lo que pasó después.

—¡Así que no pasabas por ahí de casualidad!—Golpeó su hombro y ambas rieron.

—Desde el primer momento en que te vi no logré sacarte de mi mente, y aunque luché porque aquel sentimiento me daba miedo y creía que no podría funcionar por todas mis inseguridades y mi falta de comunicación, me demostraste lo contrario. Realmente mereces un premio por ello, yo me hubiera dejado desde el primer momento, no sé cómo pudiste quedarte a mi lado.

—Se llama amor, me enamoré de ti desde el primer momento y aunque al principio me decepcionó e hirió tu indiferencia, sabía que me costaría poder llegar a tu verdadera persona pero valdría la pena. Y tal y como te lo dije en los votos, habrá momentos en los que solo pensemos en echar todo, pero nos tenemos la una a la otra para no hacerlo y saber que podemos seguir luchando, siempre y cuando las dos estemos bien con ello.

—Te agradezco por no darte por vencida.—la mayor juntó su frente con la de su esposa provocando que ambas cerraran los ojos y disfrutaran del momento.

—Yo te doy las gracias por dejarme entrar a tu vida

Y con una nueva promesa en puerta, sabrían que lo difícil ya había pasado y a partir de ese momento cosecharían solo momento felices y llenos de deseo.

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Llegamos la final de una nueva historia

Nos leemos pronto