𝟬𝟵 | Inseguridad

916 106 2
                                    

Habían transcurrido un par de semanas desde que Freen había visitado a Becky en su trabajo y desde entonces no habían mantenido contacto, provocando un leve malestar entre ambas y una tensión que se podía palpar a la distancia. Martilleaba su mente pensando en el cambio tan drástico que había tenido su relación, ¿Había dicho o hecho algo malo? ¿Y si habían ido muy apresurado? Aunque no lo creía, siempre fue clara de que si algo le molestara a Becky se lo hiciera saber de inmediato.

Se sentía un tanto estresada por la situación y planeaba hablarlo esa misma noche antes de que pudiera empeorar. No pasó mucho cuando escuchó las llaves tintinear y luego la puerta del departamento ser abierta, observó como Rebecca entraba con desinterés en el lugar y dejaba sus cosas sobre el mostrador de entrada.

—¿Cómo te fue?—Cuestionó con un tono serio cuando la vio ir a la cocina

—Bien.—Contestó sin más.

Freen estaba acostumbrada a ese tipo de respuestas, sabía que Becky no era precisamente habladora cuando le cuestionabas sobre su día, pero el tipo de tono que ahora utilizaba y los acontecimientos pasados la molestaban.

—¿Solo bien?

Visualizó como se dirigía hasta donde se encontraba asintiendo a su pregunta, tomando lugar en de la pequeña sala y viendo la televisión fingiendo prestar atención pero sabía que realmente se encontraba alerta, como si esperara ser atacada ante la mirada que le dirigía.

—¿Y no pasó nada interesante en estos días? ¿En estas semanas?

—No, ¿Por qué pasaría algo?

El nudo en la base de la garganta se instaló, pero decidió ignorarlo y seguir. —Bueno, eso quisiera que me respondieras ¿Pasa algo acaso?

—No entiendo a lo que quieres llegar.—Becky frunció el ceño sin atreverse aún a verla.

—¡Ah! ¿Podría ser porque, justo cuando parece que avanzamos un paso, retrocedemos como ocho? ¿Ahora sabes a lo que quiero llegar?

La inglesa no contestó, solo siguió viendo la televisión con sus cejas levemente fruncidas y un puchero formándose en sus labios, provocando un jadeo de desesperación por parte de su menor

—Trato te entenderte. Al principio pensaba que probablemente crucé la línea de consentimiento yendo a visitarte al trabajo, pero tampoco dijiste que te hacía sentir incómoda o que lo evitara, pero pude notar como te alejaste más ¿Te molestó que hiciera eso? Cada noche esperaba que me lo dijeras, me carcomí los primeros días pensando que pude haberte molestado o pasado el límite, pero siento que va más allá de ese asunto y no sé si pueda seguir tolerando tu falta de respuesta.

—Yo...—

—No, déjame terminar primero o de lo contrario no creo poder decirlo.—Exhaló de forma pesada y se armó de valor para continuar.—Sé que no eres la persona más afectiva, te cuesta tener algún gesto romántico en público, inclusive es raro que consiga que nos tomemos de las manos o que nos abracemos, pero dentro de nuestros hogares era diferente.

>>Tanto en tu departamento como en el mío podíamos hacer lo que quisiéramos, podía besarte o sorprenderte al abrazarte, recostarme contra ti o sentir una mínima caricia por tu parte, también te gustaba mucho que te mimara o te ponías contenta cuando te sorprendía con tus comidas favoritas, pero ahora ya no puedo hacer nada de eso porque no soy correspondida o te alejas, me alejas de ti.—Se levantó del sillón y presionó su mano contra su pecho, como si aquello pudiera aliviar la presión que crecía dentro.

—Te estás alejando y cerrando como si apenas nos hubiéramos conocido, llegas aquí sin ganas y vas a dormirte sin dirigirme la palabra, o llegas a tu casa y no me avisas y realmente me preocupo por ti, y ya te lo había dicho antes y sigues ignorando mis peticiones.

Girl of my dreams「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora