— Hola - asoma la cabeza.
— Pasa - sonríe.
— ¿Qué miras? - se tira en la cama.
— Mi novela - sonríe - ¿Andas sola?.
— Mju, Esteban iba a subir pero tuvo una urgencia en el trabajo y se tuvo que ir.
— ¿Cómo han estado Lucrecia y él?.
— Pues ya están mejor, aunque mañana viene su hermana.
— ¿Hermana?.
— Si, tienen otra hermana - se acomoda cerca de su mamá - y no se llevan muy bien con ella.
— Entiendo - la acerca a un abrazo.
— Te extrañé mucho - la aprieta un poco - ¿Fuiste al trabajo ayer?.
— Si, vine temprano porque no tardó mucho el evento - sonríe - ¿Y tú cómo vas en el trabajo?.
— Muy bien, hasta el momento no he tenido problemas.
— Me alegra tanto.
— Pronto dejaras de trabajar - acomoda su cabeza sobre su pecho.
— Ay, mi amor, pero yo no tengo problemas con trabajar - acaricia su cabello.
— No, no señora, usted ya está para que la consientan - sonríe - es lo que papá hacía y ahora que podré hacerlo, pues entonces lo haré yo.
— Es que esos ojos - dice al ver la mirada que le hace - igualita a tu papá.
Sonrió, amaba escuchar sobre su padre y que su mamá resaltara las cualidades que ella poseía de él, era la mejor parte.
— ¿Entonces vas a regresar a dormir con Esteban?.
— Solo por hoy, mañana por la tarde vuelvo.
— ¿No te gusta estar allá?.
— Si pero prefiero estar aquí contigo, tú sabes que no me gusta dejarte sola por mucho tiempo y llevo días fuera.
— Pero tu novio te necesitaba y tu mejor amiga tambien.
— Lo sé, por eso accedí a ir, pero ahora quiero estar aquí porque te extraño.
Pasaron en la cama de Adriana mientras comían y viendo una pelicula, esos eran sus planes favoritos. Luego de unas horas Esteban llegó por Marcia pues como al día siguiente Ines llegaría, el moreno obviamente quería presentarlas; saludó a Adriana y se quedaron un momento más con ella, despúes se fueron a la casa del moreno.
[...]
— ¿Qué pasó en la empresa? - sale del armario.
— El sistema de seguridad se activó, se metió un virus en todas las computadoras de la empresa.
— ¿Y eso?.
— No sabemos, aún estan investigando desde donde se originó todo.
— Entiendo.
— Querían hackearnos al parecer, pero no fueron listos y los descubrimos - deja su libro en la comoda y se levanta de la cama.
— ¿Qué haces? - sonríe al sentir que la abraza.
— Es que quiero sentirte.
— A mi tambien me gusta sentirte, pero dejame desenredar mi cabello y luego ya me abrazas ¿Si? - deja un beso en su mejilla.
— Dame eso - le quita el cepillo - yo te quiero peinar.
— ¿Sabes cómo hacerlo?.
— Mju - asiente sonriendo.