- ¡Tenemos que celebrar!.
- Todavía no puedo creer que les encantó mi proyecto, Esteban.
- Eres la mejor gestora de eventos que conozco, obviamente les iba a encantar.
- ¡Ay es que estoy emocionadisima!.
Sin pensarlo tanto se lanzó en sus brazos, lo abrazó con demasiada fuerza y él le correspondió, poco a poco se fueron soltando y en un momento sus rostros se encontraron, sus miradas chocaron, estaban a centimetros. No se podían explicar la tensión que sentían en ese momento, algo que les pasaba por tercera vez pero, se vieron interrumpidos por alguien que tocaba la puerta de la oficina de Esteban.
- Eh... Voy a... - señala la puerta. Ella asiente - la puerta.
Se acercó a la puerta y al abrir lo primero que ve es a Marina sumergida en llanto, esta misma se lanzó en Esteban abrazandolo, cosa que a Marcia le incomodo hasta en lo más profundo.
- ¡Ay, Marcia! - solloza - disculpame, es que...
- No tienes por qué disculparte - toma su bolso - nos vemos más tarde, Esteban.
- No es necesario que te vayas... Mar - la ve irse.
- No quería ocasionarles una discusión, perdoname.
¡Mentiras! Buscaba la manera de quedar a solas con el moreno, llevaba días que buscaba a Esteban para desahogarse con él ¿Por qué? Misteriosamente el compromiso de Marina se había roto un día antes de la fiesta, ya habían pasado días desde que eso ocurrió. Si bien es cierto que el noviazgo de Esteban y Marcia era una farsa, el moreno estaba empezando a desarrollar cierta duda en sus adentros, ¿Le gustaba su mejor amiga?.
La confusión de ambos hizo que los sentimientos que todavía no tenían en claro tomaran más fuerza. Esteban aún se sentía atraído por aquella mujer de ojos azules pero los momentos que pasaba con la pelirroja le generaban un algo inexplicable. Sin embargo, Marcia se había negado tantas veces a sentir algo por Esteban que casi siempre le recordaba a él que solo lo miraba como su amigo.
Ninguno era capaz de mirarse a los ojos y decirse que se querían como algo más. La pelirroja creía que él no sentía nada por ella y el moreno igual, no pensaba que su mejor amiga tuviera otro interes en él, eso los obligaba a verse nada más como amigos, en realidad ellos mismos se obligaban a eso.
- Esteban, tengo que decirte algo.
- Ten, te traje agua.
- Gracias.
- ¿Qué me quieres decir?.
- Me gustas - toma su mano.
Por fin, Marina al fin le dijo lo que tanto esperaba, pero justo cuando él empezaba a sentir algo por otra persona.
- ¿Qué?.
- Eso, que me gustas pero... Tú ya tienes novia.
¿Le digo la verdad o no?. Esa duda empezó a rondar su cabeza, primero tenía que hablarlo con Marcia, de repente esa fue su necesidad.
- ¿No vas a decir nada?.
- Marina... Hay algo que tengo que decirte.
Y que vuelven a tocar la puerta, esta vez fue Iñaki.
- Esteban venía a hablar contigo porque tenemos un problema con un cliente.
- ¿Y ahora qué pasó?.
- Se está quejando por el presupuesto.
- Marina, ¿No te molesta si voy con él?.
- No, no te preocupes - se pone de pie - igual yo ya me iba.