Anastasia

Volveré

¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre?- decía Daniel asustado a la chica que tenía frentre a él.

-No quieras saberlo. -dijo esta sin quitar la sonrisa diabólica de la cara.

-Déjame en paz- rogaba el chico al borde del barranco.

En ese momento, Justin, Rubén, Andrea y Angie llegaron y se pusieron detrás de un arbusto a espaldas de esa chica con camisón blanco, exageradamente pálida y de pelo oscuro a la vista de Daniel.

-¿Quién es esa? -dijo Angie susurrando aterrorizada.

En ese momento la chica que permanecía en pie quieta frente a Daniel se giró rápidamente dándose la vuelta y clavando su mirada en ellos como si la hubiera escuchado.

-Es Anastasia- dijo Andrea sin dejar de mirarla mientras corría una lágrima por su mejilla.

- ¿Quién será el segundo? - dijo sonriendo en voz baja mientras los seguía mirando sonriente.

Todos la miraban aterrorizados, también Daniel, este situado todavía al borde del barranco.

-Él- dijo señalando a Rubén- Ven aquí- dijo mirándolo- ¡Ahora! -gritó por la desorden.

Todos miraban a Rubén, que seguidamente se puso en pie mientras miraba a Anastasia muy serio y se aceraba lentamente a ella.

-¿Preparados para ver el espectáculo? Os mataré uno a uno.

-Calla y mátame -dijo Rubén sin dejar de mirarla seriamente en frente de ella.

Esta lo miró sorprendida.
No se esperaba que le hablara así, pues pensaría en dejarlo sufrir mientras lo mataba lentamente.
Seguido esto lo miró con odio aún más, sacó un gran cuchillo de su camisón y subió el brazo con él en las manos frente a Rubén, se acercó un paso más a él, que se limitaba a cerrar los ojos.

-Que tú murieras no tiene que decir que nos mates a todos- dijo Angie levantándose, interrumpiendo su acción y captando su atención.

-Eso, ¡Nosotros no tuvimos la culpa de tu muerte! -gritó Daniel

-Yo no morí sola, ¡A mí me empujaron! -dijo Anastasia a la vez que se produjo un fuerte viento que hizo que Daniel diera unos pasos hacia atrás y cayera por el barranco acompañado de un fuerte grito por su parte.

Anastasia desapareció al instante en la oscuridad, todos se quedaron paralizados para después mirarse y abrazarse fuertemente.

Se asomaron al barranco gritándo el nombre de su querido amigo, este caído por el barranco escasos segundos antes.

Pasaron minutos.

Gritaban desesperadamente su nombre sin obtener respuesta alguna, desolados y aterrados por si Anastasia volvía.

Lo que no sabían es que frente a la oscuridad, Anastasia los seguía observando, para aparecer de nuevo en cualquier momento.