Anastasia

¡Para! ¡Por favor!

-Fui yo..

Todos fijaron la vista a la sombra de alguien que iba formándose tras Anastasia..

Un hombre bastante mayor, de unos ochenta largos años, se acercaba al lugar de la escena, con sus lentos pasos se puso junto a Anastasia, donde se dispuso a tocar el intacto hombro de esta.

-No me toques, Papá.- dijo Anastasia mientras se caía una lágrima por su blanco rostro.

Los chicos, alucinados ante la chica tenebrosa que tanto miedo les daba, viendo como tan sólo era una chica fantasma con sentimientos.

-¿Porqué la empujaste?- preguntó Angie por fin.

-No la empujé..Se cayó sola..

-Porque me estabas persiguiendo, querías empujarme y verme muerta, ¿Es o no así, Papá? ¿Es o no?

El viento movía el negro pelo de la joven chica, un viento dirigido a su viejo padre, como si ella lo estuviera haciendo.

-¡Rompiste el único cuadro que me quedaba de tu madre, Anastasia! Pero nunca quise que te cayeras al barranco.

-Mi cuerpo sigue en ese horrible vacío papá, ¡No se lo dijiste a nadie!

-Porque sospecharían de mí, lo siento hija, lo siento mucho- comenzó a llorar el viejo anciano.

-Lo siento Papá, nada podrá cambiar lo único que me hace falta para descansar en paz, sus almas- dijo señalando a los chicos, estos todavía alucinando.

-Ellos no tienen la culpa.

-Pero tú si, y ellos lo pagarán por ti.

-Anastasia, por favor..

Anastasia no se molestó ni en volver a mirarlo, cuando estaba formando el fuerte viento hacia los chicos, que se agarraban como podían al suelo, sabía lo que les caía encima.
El viento movía sus cabellos y su ropa hacia atrás, ellos sólo hacían fuerza para no caerse al barranco mientras gritaban.

-¡Para!¡Por favor!

Los pies y manos de los chicos comenzaban a resbalarse, caerían de un momento a otro, no podían gritar más, junto a su dolorida garganta, y su asfixia debido al aire.

-¡Anastasia! ¡Mira!

El viejo hombre se interpuso delante de ella, a las espaldas de estos, enseñándole algo a esta, algo que hizo que se quedara atónita y se detuviera el viento en seco.