Anastasia

Angie

-Que voy a ir a por ella, no puede tardar tanto en ducharse.

-La puerta esta cerrada con pestillo, nadie puede entrar Rubén, tranquilizate.

-Andrea, deberías saber que esa chica que nos quiere matar a todos es un fantasma, y los fantasmas atraviesan las paredes. -siguió diciendo Rubén muy alterado.

-¡Tranquilos! Esperemos un poco mas, si sigue sin venir vamos a por ella- dejó por terminada la conversación Justin.

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Un pequeño y líquido hilo de sangre se metía por el sumidero de la ducha, sangre fresca, del otro lado que provenía de la cabeza de Angie, esta en el suelo.

Largos minutos después uno de sus dedos se movió delicadamente, para después mover la mano entera, apoyarla contra el suelo y hacer fuerza para poder levantarse, consiguió levantarse con esfuerzo para quedarse frente al espejo y mirarse a este, tenía la parte superior de la cabeza llena de sangre, que seguidamente tocó con su mano y pudo ver la profunda herida que poseía, se miró los dedos con cara de intentar recordar la causa de esa herida, cosa que recordó al instante y hizo que se echara al suelo a temer y llorar abrazandose las rodillas, aún con la toalla en su cuerpo y el pelo mojado.
Estaba asustada, Anastasia podía volver, recordar la imagen de aquél ser a escasos centímetros de ella le daba escalofríos, siguió allí, tiritando de frío y miedo.
Angie volvió a oír los pasos fuera, pasos que cada vez se acercaban más, su mirada se fijó en la ventana, otra vez, aquella sombra, estaba allí.

-Oh no, otra vez no.