CAPITULO 35: Desorientados

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Observaba el collar que tenía entre mis manos, mi herida se había abierto por el esfuerzo que hice y lo alterado que me había puesto pero ya la había cerrado otra vez ahora pasaría unos días más en observación aunque el ambiente entre todos era diferente, se notaba lo molestos que estaba todos con Esmeralda

Yo no era la excepción, aunque había reaccionado sin pensar cada palabra que me dijo esa mujer fue como un puñal en el corazón, todo ese tiempo de su vida perdido por nada, por una persona que no lo valoro, preferido volver a ese mundo que tanto el había luchado por ayudarla a salir

Esmeralda había sido cruel y egoísta con todos sobre todo con el ¿Cómo se atrevía decir todo eso? El miedo que sentía no le daba el derecho a lastimarlo de esa manera, sus palabras le había dolido incluso más que su herida en ese momento, todo por ese hombre

Pisoteo sus sentimientos como si no valiera nada, siempre había pensado que el amor podía ser una tontería, entregarse a una persona totalmente entregándole un poder que nadie podía tener, él era una persona centrada, no solía alterarse más de lo necesario porque siempre buscaba una manera de resolver el problema pero por mucho que lo pensaba las palabras de Esmeralda no podía salir de su mente

Esmeralda había sido orgullosa, cruel, egoísta, asertiva e insoportable, no podía simplemente olvidarlo, esa vez no era igual que las discusiones que había tenido antes, debió suponerlo que lo que tenía realmente es que le gustaba como se encontraba en ese momento, estaba acostumbrada a estar con ese hombre y no quería cambiarlo, no por miedo si no porque así lo deseaba

No iba ni siquiera a buscar alguna explicación lógica porque no existía, había buscado algo de arrepentimiento en su mirada pero esa era lo que ella había sentido todo ese tiempo, así como el había reaccionado cuando su familia se había involucrado en todo eso de lo peligroso que era y no iba a valorar más lo sentimientos que tenía por Esmeralda que lo que sentía por familia

Siempre había un punto intermedio donde sus sentimientos podían llegar y con el Esmeralda había repasado muchas cosas pero su familia no era que iba a cambiar, yo suficiente tenía con su madre que aún no lo había ido a visitar

-Ed ¿Estás ahí? -veo a Clara que estaba frente a mi ¿Cuándo había entrado? Seguro estaba molesta también con Esmeralda por todo lo que había dicho, alguien seguro se había encargado de decirle

-Si me puedes ver es porque lo estoy ¿no? -observo que se sienta a mi lado, algo ausente igual que yo, no estaba para meterme en los problemas de los demás si es que los tenía en ese momento

-No parecías estar conmigo-desvía su mirada a lo que tenía entre mis manos-Es muy lindo ¿De quien es? -nadie sabía que le había regalado eso a Esmeralda en su cumpleaños, solo Henry que le había dado el modelo

- ¿Te gusta? Te lo regalo-se lo doy para darle la espalda, no solía ser tan grosero pero lo de Esmeralda aún no se me salía de la cabeza, creí que de verdad le había demostrado cuanto lo quería y cuanto valía pero el equivocado había sido yo por pensar que valía la pena luchar por alguien que no lo valía

-No me importaría tomarlo pero me parece conocido ¿No es el tatuaje que tiene Henry en su brazo? -quería estar solo aunque entendía porque estaba preocupado por el, Clara había sido una de sus mejores amigas desde que era joven, ella decía que siempre lo protegía pero la realidad era otra

-Clara se porque estás aquí-la veo-No necesito hablarlo si es a lo que has venido, solo quiero estar solo ¿Es mucho pedir?

-Si cuando tú siempre has sido el que nos apoya en nuestros momentos difíciles es momento de devolverte el favor-ve el collar-Es de Esmeralda ¿No?

Los secretos del gorriónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora