No iba a negar que estaba nerviosa después de haber aceptado aunque Carlos iba a estar cerca estaba muy intranquila, si daba un movimiento en falso todo lo que había construido se iba a ir por el desagüe
Aun ni siquiera sabía lo que le iba a decir, tampoco se podía imaginar de lo que quería hablar ese hombre con ella, ni siquiera sabía si en verdad lo conocía pero si estaba la mayor parte del tiempo con su primo no era una buena persona, no podía confiar en él, eso lo tenía claro
—Señorita Esmeralda—levanto mi vista para ver al hombre de pie frente a mí, era moreno alto con ojos color café—Me alegra que haya aceptado mi invitación al final—estábamos en una cafetería no muy lejos de la mansión
—No puedo decir lo mismo pero la verdad me dio curiosidad ¿Qué va a querer un hombre que nunca he visto hablar conmigo? Sin mencionar que trabaja para un hombre tan despreciable como lo es mí primo
—Debería aprender a cuidar sus palabras—lo veo tomar asiento ¿A que le iba a temer? ¿Qué Brayan se enterara? Le había dicho muchas cosas despreciables en su cara— ¿Ya ordeno? ¿Qué pedirá?
—Pedí un chocolate caliente y supuse que quería un café, es muy típico de una persona como usted—el chocolate me recordaba a Edward aunque odiaba que le gustara y que él tuviera la razón
—Ha crecido mucho desde que la vi por última vez y también ha cambiado mucho
—Supongo que la muerte de personas cercanas te cambian la vida—lo veo sonreírle al mesero cuando coloca lo ordenado frente a nosotros—Es extraño que se haya tomado el riesgo de verme hasta donde tengo entendido nadie externo a la mansión tiene permitido verme
—Supongo que la vida da muchas vueltas—lo veo tomar un sorbo de su taza—si no me recuerda soy Gilberto...
—Ya me informaron quien es, si no hubiera aceptado venir ¿Qué quiere? ¿Por qué se tomó la molestia de arriesgarse de esta manera?
—Por lo que se usted también se está tomando el riesgo
—No hay nada por lo que no haya pasado—él sabía lo que pasaba dentro de la mansión, estaba segura—A diferencia de usted tiene mucho que arriesgar—me observaba algo enigmático ¿Por qué me miraba de esa manera? — ¿Qué le sucede? Si seguirá haciendo que pierda más de mi tiempo, me retirare
—Si es cierto, el tiempo es oro, ha cambiado mucho no es una niña
—El tiempo no es oro, si fuera así, personas como usted o yo podríamos comprarlo pero sabe que es algo imposible porque si hay algo que más anhela el ser humanos es tiempo pero no tenemos el poder para acceder a el
—Y muy inteligente también—sin poder evitarlo sonrió, a recordar lo enseñado por Edward—Iré al grano entonces señorita Esmeralda
—Debío hacerlo cuando se dignó a aparecer frente a mí
—Estoy al tanto de alguna de las cosas que ocurren en la mansión aunque por desgracia fue hace poco que lo descubrí pero debí saberlo desde el momento que comenzaron a donar las pertenecías de sus padres—aprieto mis puños al recordar ese día, había suplicado quedarme con algún recuerdo pero no fue así
—Lo felicito, otra persona más que está de parte de mi primo ¿Quiere unirse a nosotros? Aunque es muy posesivo—lo veo ver a los lados algo inquieto
—Debería cuidar más sus palabras, hace poco el señor Brayan ordeno que la tuvieran vigilada, eso llego a mis oídos y me pareció extraño ya que usted no debería estar fuera de la mansión y me encuentro con que está estudiando
—Siempre lo he hecho solo que en esta ocasión fuera de la prisión que tengo porque según estoy loca ¿No me teme? Muchos piensan que perderé el control en cualquier momento y atentare contra su vida incluso podría hacerle daño con una simple taza de chocolate
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Los secretos del gorrión
RomanceSEDUNDA PARTE DE LA SAGA DEL GORRION Miedo esa siempre ha sido la única palabra en mi vocabulario, el pensar más allá de mis miedos nunca ha sido una opción, aferrarme a ellos es lo único para mí no existe otra opción Pero en los últimos años ellos...