Juego del destino - (Eduardo Camavinga)

Capitulo 30

-¿Cómo piensas colarte ahí? - pregunto cuando llegamos a la entrada de las instalaciones Del Real Madrid en Valdebebas.

-Trabajo aquí, tengo mis contactos.- dice alejándose de la entrada principal, al parecer no tiene tantos contactos.

-Esto es enorme- digo mientras rodeamos el lugar en busca de algo que no sé qué es.

-Sí lo es, es fácil perderse ahí dentro.

-¿Te gusta?

-¿El que exactamente?

-Este sitio, este trabajo.

-Me encanta- dice girándose y acercándose hacia a mí, su pecho roza el mío hasta que mi espalda se apoya en un árbol cercano- y ahora que vas a estar aquí más aún- sus dedos se clavan sobre mi cintura mientras sus ojos recorren mis labios, pasan unos segundos hasta que decido acortar la distancia entre nosotros para besarle, roza su nariz contra la mía antes de separarnos- y voy a hacer que a ti también te encante este lugar. - me coge de la mano y andamos unos minutos más hasta llegar a unos arbustos, se acerca a ellos y parece haber una puerta algo escondidas entre ellos- era la antigua entrada, ahora la utiliza mantenimiento- saca una llave del bolsillo y abre la puerta- digamos que el conserje me debía un favor- abre la puerta y hace una reverencia, yo le aplaudo por su azaña.

-Es casi de noche- informó de algo obvio mientras entro por donde me indica hasta llegar a una sala blanca, al parecer hemos aparecido dentro de uno de los edificios

-No te preocupes a esta hora ya no hay nadie- me agarra de la muñeca y tira de mí corriendo hasta llegar al ascensor.
Subimos rápidamente entre risas no me puedo creer que estemos aquí.

El ascensor llega a la última planta, abre un par de puertas hasta que salimos a una enorme terraza, la oscuridad ya envuelve Madrid, me paseo impresionada por la altura y las vistas de los edificios teñidos del color de las luces, desde esta distancia toda aquella locura y caos parece simple calma, es curioso como la perspectiva desde la que se miran las cosas hace que tu opinión pueda cambiar tanto.

-Esto es alucinante Edu - me rodea la cintura por la espalda, apoyando su cabeza en mi hombro, su respiración sobre mi cuello me estremece.

-Te dije que iba a hacer que amarás este sitio- susurra contra mi oreja.

-¿Sabes que esto es allanamiento?-Digo revolviéndome entre sus brazos para quedar de frente.

-Solo si nos pillan- me mira lleno de emoción, tanta como la que siente cada célula de mi cuerpo. Paso mis manos por su cintura rodeándola, acaricio la parte baja de su espalda apoyando mi cabeza sobre su pecho, noto los latidos de su corazón cuando me abraza y me aprieta contra el, como si quisiese encajarme en su cuerpo.

-No te parece increíble todo lo que puede hacer sentir un simple tacto- toma mi mano para unir nuestras palmas enlaza nuestros dedos mientras yo le miro embelesada, porque me da igual tener el mundo a mis pies si él está delante- una mirada- fija sus ojos en mi- o un simple beso a la persona correcta- esta vez es el el que me besa pegando nuestra pelvis, puedo notar su ereccion contra mi, me muevo suavemente provocándole un gruñido.

-¿Quieres que hagamos una locura?- repito sus palabras contra su boca volviendo a rozarme contra él, notando como el calor se apodera de mi. Sus manos bajan hasta mis glúteos apretándolos.

-Todas las que quieras nena.