CAPÍTULO 26: MÁS SABÍA LA BRUJA POR VIEJA QUE POR BRUJA
REINO HIEN, ZONA BOSCOSA.
16 ABRIL AÑO 1313.
El paso del tiempo era como el viento, estaba ahí, desde antaño siempre había estado ahí, pero no siempre se sentía en piel propia.
Cada luna era igual a la anterior y a la siguiente. Así fue hasta que Medv hizo de la suyas aquella noche y decidió que yo era una "criatura interesante".
Desde entonces, junto con ella, el paso del tiempo seguía siendo como el viento, con la gran diferencia de que estando a su lado, sí me importaba en que dirección soplaba el viento, sí me importaba si era una brisa o una ventisca.
Bastaba con cerrar los ojos un momento para que al abrirlos, los meses se hubiesen pasado como por arte de un chasquido de sus dedos.
<<Nos miran y creen que tengo una correa al cuello, creen que el otro extremo está en su mano, pero nadie sabe lo cálido que es estar parada cerca de ella.>>
Habíamos estado caminando por un sendero secundario -de los que daban a una de esas aldeas que llamaban ciudades-, pero después de caminar durante horas sin ver ni una sola carreta, ni siquiera un viajero a caballo, Medv dijo que sería mejor que regresáramos a las entrañas del bosque para descansar un poco.
<<Para orillarme a descansar, querría decir esta bruja convenenciera.>>
Esa parte del bosque se diferenciaba de otras por poseer un follaje menos espeso, la altura de los árboles era pequeña a un lado de los que veíamos normalmente y la densidad de sus copas dejaba pasar más luz que en otras áreas.
Pero la tierra estaba repleta de pequeñas plantas con hojas y espinas venenosas.
—¿Cómo sabes cuales son nocivas? —preguntó Medv, mientras me veía saltar por encima de una enredadera.
Ella, simplemente movía un poco sus manos para ir apartando de su camino la maleza que, a sus pies cedía y se quitaba del medio, como plebeyos ante realeza.
—Novk me enseñó un poco... —Rodeé un pozo de fango que estaba lleno de esas hojas oscuras-. Le gustaba eso de las plantas.
—¿Te refieres a la botánica? —Acarició su mentón con su pulgar e índice izquierdos—. ¿O quizá a la herbología?
—Le gustaban las plantas y ya —respondí.
—Quizá se habría llevado bien con Aimniz —Con un giro de su muñeca, movió un gran tronco podrido que estaba en medio de nuestro camino—.Dijiste "me enseñó un poco", y puedo ver que sabes mucho, ¿conocimiento empírico?
—Un envenenamiento por aquí, otro por allá... —dije entre dientes.
<<La mayoría de esas veces no lo experimenté en carne propia, lo vi en gente estúpida que se metió por las malas a los bosques.>>
ESTÁS LEYENDO
A la sombra del cuervo
FantasiUna bruja de magia negra y una chica lobo que ni siquiera cree en la magia, tras un intento de homicidio y un descarado secuestro, deciden aferrarse una a la otra, pese a que eso es igual que aventarse a un abismo. Así, magia negra, magia blanca y m...