11. Promesa - New.

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Nota: Este fanfic ha sido actualizado.

En una joyería cercana al centro, la noche era tranquila, un contraste engañoso con el caos que estaba a punto de desatarse

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En una joyería cercana al centro, la noche era tranquila, un contraste engañoso con el caos que estaba a punto de desatarse. El único guardia de seguridad, un hombre de mediana edad con un leve sobrepeso y un silbido alegre, recorría los estantes iluminados donde brillaban rubíes, diamantes, esmeraldas y otras piedras preciosas. Silbaba despreocupadamente, disfrutando de la calma que envolvía el lugar, ignorando que el destino le tenía preparado un espectáculo inesperado.

De repente, una soga cayó ágilmente desde la ventana del techo, y de ella descendió una figura femenina delgada. Bria, como se llamaba la intrusa, era una mezcla de gracia y audacia, sus movimientos fluidos y precisos como los de un felino. Su mirada estaba fija en el guardia, quien continuaba su ronda ajeno a la inminente intrusión. Sin perder tiempo, Bria se escabulló hacia la entrada principal, donde abrió la puerta para dar paso a sus cómplices: un hombre delgado, nervioso como un gato en una tienda de porcelana, y otro más corpulento, de apariencia robusta y una cara que parecía haber nacido con una expresión de sorpresa permanente.

- El robo perfecto - Dijo Bria, esbozando una amplia sonrisa que desentonaba con la penumbra del lugar. La escasa luz que se filtraba por la ventana revelaba su tez pálida y su cabello azul púrpura, como un halo de peligro y elegancia - Ahora, chicos, solo debe...

Pero justo cuando iba a explicar el siguiente paso del plan, un estruendo resonó en la joyería. Una vitrina de vidrio cayó al suelo, esparciendo cristales por todas partes. La mujer y el delgado se giraron hacia el desastre y vieron al corpulento, quien lucía atónito.

- Ups - Murmuró Angmar, su expresión reflejando la incredulidad de su torpeza, como si hubiera activado un dispositivo de auto-sabotaje.

- ¡ANGMAR...! - Exclamó Bria, su voz un susurro lleno de desesperación, pero el delgado, llamado Gavin, le tapó la boca con una mano, un gesto inútil ante el ruido inminente que se desataba.

- ¿¡Qué rayos!? - Gritó el guardia, apuntando la luz de su linterna hacia el trío. El brillo de la linterna iluminó los rostros de los ladrones, quienes, paralizados por un instante, miraron al guardia en un silencio tenso, como si un hilo invisible sostuviera el momento en el aire. El guardia, con una mezcla de sorpresa y miedo, retrocedió lentamente hasta alcanzar un botón cerca del marco de la puerta. Lo apretó con desesperación, y de inmediato, una regla enrollable de metal comenzó a cerrarse.

Primero se selló la entrada principal, luego varias ventanas, y finalmente, la puerta cercana al guardia. Pero antes de que esta se cerrara por completo, Angmar, con un esfuerzo titánico, levantó la puerta, permitiendo que sus dos compañeros entraran. El sonido de la puerta rechinando fue como el grito de un animal herido, y el guardia, ya asustado, dio un paso atrás, pero antes de que pudiera reaccionar, Bria lo agarró de la cintura y lo atrajo hacia ella con una sonrisa traviesa.

- ¿Me permite esta pieza? - Preguntó en un tono coqueto, como si estuvieran en una danza, con los ojos brillantes de diversión. Pero esa imagen de un baile romántico se desvaneció rápidamente cuando, en un movimiento certero, Bria le propinó un cabezazo al guardia, quien cayó al suelo, noqueado, dejando la escena en un silencio inquietante.

Web of Spider-Luz (The Owl House Fanfic, Spanish Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora