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Sunoo recogió todas sus pertenencias y las guardó en su mochila antes de salir de su habitación. Se detuvo frente al espejo y ajustó un poco su cabello rojizo antes de dirigirse hacia abajo, descendiendo las pequeñas escaleras que separaban su cuarto de la sala. Se sentó en la mesa en un ambiente de silencio, su madre no estaba presente ya que había trabajado un turno triple, y su hermano mayor, Jake, estaba encarcelado, mientras que su hermano Jay ya no estaba en este mundo. Pasó las manos por su rostro con pesar y salió de la casa, dejando el desayuno aún sobre la mesa. Caminó por la vereda de su vecindario sintiéndose incómodo por las miradas y los murmullos a su alrededor. En la parada del autobús, se colocó sus audífonos y se sumió en sus pensamientos mientras esperaba el transporte.
Sunoo se sentía perdido en un mar de emociones tumultuosas. A sus cortos años, había enfrentado más tragedias y desafíos de los que muchos experimentarían en toda una vida. La muerte de su hermano Jay había dejado un vacío doloroso en su corazón, una sensación de pérdida que lo consumía por dentro. La ausencia de su madre, sumida en largas jornadas de trabajo para mantener a la familia, también lo dejaba desamparado y solitario. Su hermano mayor, Jake, encarcelado por sus acciones, era una sombra constante que oscurecía su mente.
Sunoo se preguntaba qué había salido mal en sus vidas, por qué el destino había sido tan cruel con ellos. Cada día, luchaba por encontrar un sentido en todo aquello, pero sus esfuerzos parecían en vano. Se sentía atrapado en una espiral de emociones negativas, incapaz de ver una luz al final del túnel. La vida carecía de significado para él en ese momento, y se preguntaba si alguna vez encontraría una razón para seguir adelante. A pesar de tener audífonos puestos y estar inmerso en su música, su mente seguía dando vueltas en un mar de pensamientos oscuros y desesperanzados.
Para Sunoo, la realidad parecía una prisión sin salida, una oscuridad que lo envolvía por completo. Cada día, luchaba contra la sensación abrumadora de que nunca encontraría una salida, que nunca sentiría la luz en medio de tanta oscuridad. La carga de la tragedia familiar y la incertidumbre sobre el futuro pesaban sobre sus hombros como una losa. Se sentía atrapado en un ciclo interminable de desesperación y dolor, incapaz de vislumbrar una esperanza tangible. Los momentos de felicidad eran efímeros y distantes, eclipsados por la sombra persistente de la tragedia.
Cada paso que daba parecía llevarlo más profundamente hacia la desesperación. A pesar de sus esfuerzos por encontrar un rayo de esperanza, Sunoo se sentía como si estuviera condenado a vivir en la oscuridad para siempre. La idea de escapar de su realidad parecía un sueño inalcanzable, una fantasía lejana en un mundo que le había dado la espalda. La presencia repentina a su lado hizo que Sunoo se sobresaltara. Por alguna razón inexplicable, sintió el impulso de voltear y encontrarse con quien estaba junto a él. Cuando giró la cabeza, sus ojos se encontraron con los de un chico alto, cuya cabellera rubia corta parecía irradiar una luz propia.
Por un instante, Sunoo quedó fascinado por la luminosidad que parecía emanar del cabello del desconocido. Una sensación de calidez y tranquilidad lo invadió, rompiendo brevemente la oscuridad que lo rodeaba. La mirada del chico transmitía una sensación de paz y comprensión, como si entendiera el dolor y la desesperación que Sunoo llevaba dentro. En ese breve encuentro visual, Sunoo sintió una chispa de esperanza que había estado ausente por tanto tiempo. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió creer que tal vez, solo tal vez, había luz al final del túnel.
Sunghoon estaba sentado en su oficina, revisando meticulosamente todas las pruebas que tenía para la defensa de Jaeyun. A pesar de que las pruebas eran escasas, estaba decidido a encontrar cualquier detalle que pudiera ayudar a sacar a Jaeyun de ese lugar sombrío y devolverle la libertad que tanto anhelaba. Examinaba cada documento, cada testimonio y cada pieza de evidencia con minuciosidad, buscando cualquier indicio que pudiera ser utilizado a su favor en el juicio.
Cada vez que encontraba algo que parecía prometedor, lo subrayaba y lo anotaba en su libreta, concentrándose en encontrar la manera de utilizarlo de la mejor manera posible. La puerta se abrió con un sonido suave, revelando una figura alta de cabello negro. Sunghoon sonrió ligeramente y hizo un gesto para que entrara.
─ Nicholas, un gusto verte de nuevo ─ saludó el abogado con una sonrisa mientras estrechaba la mano del joven.
─ El jefe Park me dio unas vacaciones, necesitaba un descanso ─ explicó Nicholas mientras entraba en la oficina.
Sunghoon rió ante el comentario y luego continuó hablando sobre el caso de Jaeyun, captando la atención del recién llegado.
─¿Qué estás haciendo? ─ preguntó Nicholas, interesado en la conversación.
─ Estoy trabajando en un caso de robo estatal y posesión de sustancias ilícitas ─ suspiró Sunghoon, reflejando un poco de fatiga en su voz.
─ Wow, vaya ─ respondió Nicholas con sorpresa, impresionado por la complejidad del caso.
Después de que Nicholas se despidiera y se fuera, Sunghoon se quedó solo en su oficina. Continuó trabajando en el caso de Jaeyun con tranquilidad, pero al finalizar su jornada laboral, una pequeña idea se cruzó por su mente.
─ ¿Y si lo visito? ─ murmuró para sí mismo mientras guardaba sus pertenencias y se preparaba para ir a casa.
La idea de visitar a Jaeyun en la cárcel comenzó a cobrar fuerza en su mente. Sabía que sería un gesto significativo para su cliente, demostrándole que no estaba solo y que tenía a alguien en quien podía confiar. Con esa determinación, Sunghoon decidió que haría la visita esa misma tarde.
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━━𝗔𝗯𝗼𝗴𝗮𝗱𝗼 𝗣𝗮𝗿𝗸 ♡ 𝗝𝗮𝗸𝗲𝗛𝗼𝗼𝗻 ݈݇-
Ficción histórica𐙚 :: ❛❛ Park Sunghoon es un abogado, y Jake un convicto. ❜❜ ʚ ɞ ; sunghoon Bottom | jake Top ʚ ɞ ; m-premg ¡! ʚ ɞ ; mención de temas legales. ʚ ɞ ; esta historia tiene temas sensibles.