Liz Shay, prima de Carly Shay, llega a Seattle y se reencuentra con sus mejores amigos de la infancia y con su primer amor, Freddie Benson.
Un castigo que se convierte en el mejor show de internet lleva a los cuatro jóvenes al éxito. Situaciones ll...
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Elizabeth Shay
─ ¿Tienen crema antiestrías? ─ Gibby nos preguntó a Carly, Freddie y a mí.
─ ¡No van a creer esto! ─ Sam llegó empujando a todos.
─ ¿Tú mamá tiene trabajo? ─ preguntó Freddie con una sonrisa.
─ No seas exagerado. Richard White se mudará a Suiza. ─ comentó la rubia. De inmediato nos emocionamos porque él tiene el casillero 239, a excepción de Gibby, quien no sabía que tenía de especial ese casillero.
─ Es gigante. Cuando construyeron Ridgeway se equivocaron y ordenaron un casillero 4 veces más grande de lo normal. ─ explicó mi amigo.
Al día siguiente, el director Franklin estaba por decir cuál sería el concurso para ganar el magnífico casillero.
─ Míralo.
─ Necesito ese casillero. ─ dijo Freddie observando el inmenso casillero color azul. ─ Ahí haría una cabina de audio.
─ Imaginen cuantos atuendos y accesorios pueden caber ahí. ─ dije soltando un suspiro.
─ Yo guardaría un cadáver. ─ volteamos a ver a la rubia. ─ Si tuviera la necesidad.
─ El estudiante que se acerque más al número de grasitos en el tanque, va a ganar el casillero. ─ el director nos explicó, inmediatamente todos tomamos un papel y anotamos nuestro cálculo y nuestro nombre. Freddie utilizaba cálculos matemáticos para resolver el acertijo, Sam aseguró conocer la respuesta y yo, bueno, simplemente hice un aproximado.
~*~
─ ¡Llegué! ─ avisé cuando entré por la puerta. ─ Y Mark viene conmigo. ─ Ambos habíamos tenido ensayo en la academia de baile y al terminar se había ofrecido a traerme. ─ ¿Qué es eso?
─ Composta de lombrices para mi proyecto de "la semana verde" con el señor Hendrick. ─ explicó Carly.
─ Me alegra no haberme inscrito a esa clase. ─ dije tomando dos botellas de agua, una para el rubio y otra para mí. ─ ¿Tú qué harás para tu proyecto, Sam?
─ Ya se me ocurrirá algo. ─ se recostó en el sillón.
Freddie, quien entró por la puerta con una composta de lombrices más profesional. ─ Miren mi planta de tomates, creció de una semillita. ─ Un Spencer emocionado también se hizo presente en la sala de estar cargando su planta. ─ Wow, que es esta cosa. ─ preguntó al ver la caja de composta de Freddie.
─ ¡Es la mejor composta del mundo! ─ dijo Carly exasperada, dándose por vencida.
Dominika entró al departamento cargando una gran caja en sus brazos. ─ Señorita, Liz. El mensajero dejó esto para usted. ─ me acerqué y abrí la caja, supuse que era un regalo atrasado por mi reciente cumpleaños.
