Yo no buscaba a nadie y te vi.
-Fito Paez
[Cap 11]
Sentimientos encontrados.
✧*♡☾✩*॰ (⋆✉⋆) ॰*✩☽♡*✧Evan
08:00 am
Me desperté con un nudo en el estómago, sintiendo el peso de la culpa y la preocupación por lo que estaba sucediendo con Mara. Desde que me enteré de sus escritos, me había sentido abrumado por una mezcla de emociones: sorpresa, confusión, pero sobre todo, un profundo pesar. ¿Cómo podía haber estado tan ciego ante sus sentimientos? Me culpaba por no haberme dado cuenta antes de lo que estaba pasando por su mente.
También sentía un poco de mariposas en el estómago. ¿Podría ser que sintiera cosas también por Mara? Pero todas esas cartas donde decía cosas feas de él... Aunque también había cosas buenas. Al principio sólo habían malas porque no me conocía, pero luego sus cartas fueron mucho más lindas.
Me levanté de la cama y me dirigí al baño, tratando de sacudirme la sensación de desasosiego que me embargaba. Mientras me cepillaba los dientes, no podía dejar de darle vueltas al email que Mara me había enviado la noche anterior. Sus palabras resonaban en mi mente, llenas de sinceridad y un anhelo genuino de solucionar las cosas entre nosotros.
Salí del baño y me vestí rápidamente, decidido a enfrentar el día con valentía. Sabía que tenía que hablar con Mara, enfrentar la verdad de lo que estaba sucediendo entre nosotros. No podía seguir evadiendo la situación; era hora de enfrentarla de frente y encontrar una forma de seguir adelante, juntos o por separado.
Bajé las escaleras y me dirigí hacia la cocina, donde encontré a mi madre preparando el desayuno.
--¿Cómo estás, cariño?, preguntó ella, mirándome con preocupación en los ojos.
--Estoy bien, mamá, respondí, tratando de sonar convincente.
Pero en realidad, estaba lejos de estar bien. Sentía un nudo en la garganta y un peso en el pecho, como si llevara el peso del mundo sobre mis hombros.
--¿Estás seguro?, preguntó mi madre, leyendo mi expresión con facilidad.
--Así es, respondí, forzando una sonrisa en mi rostro.
Valeria entró al comedor con determinación, lista para unirse a nosotros en el desayuno. Siguiendo mi ejemplo, se sirvió unas tostadas con huevos revueltos y un vaso de zumo de piña.
Mientras tomábamos nuestros lugares, Valeria giró hacia mí con una mirada inquisitiva, ansiosa por saber cómo iban las cosas con Mara y si tenía algún plan para resolver la situación.
--¿Cómo van las cosas con Mara?, preguntó directamente, sin rodeos.
Traté de mantener la compostura, respondiendo con la seguridad que me faltaba por dentro.
--Bueno, no hemos hablado mucho, admití , --Pero anoche me escribió un correo electrónico para intentar resolver las cosas.
--Nos presentamos a las nacionales pronto y ustedes son los protagonistas, dijo con tono nervioso
--Ya sé, añadí con un suspiro, --Ojalá todo se arregle antes de la presentación. Mara ha faltado a clases estos días, pero espero que esté hoy y podamos resolver la situación.
Pero en realidad, Mara y yo nos encontraríamos en un parque cerca del colegio. Decidimos que era lo mejor, así no habría profesores ni alumnos mirándonos
--Seguro que sí, dijo y despues de eso se dispuso a terminar su desayuno.
Y yo decidi tambien terminar el mío que hoy seria un dia largo.
Después del desayuno, salí de casa y me dirigí hacia el parque, donde había acordado encontrarme con Mara. Mientras caminaba por el sendero, mi mente seguía dando vueltas a las palabras que quería decirle. Quería ser honesto con ella, abrir mi corazón y dejarle saber lo mucho que significaba para mí.
Al llegar al parque, la vi sentada en un banco, perdida en sus pensamientos. Me acerqué lentamente, sintiendo el corazón latir con fuerza en mi pecho.
--Mara, dije, llamando su atención.
Ella levantó la mirada y me miró con una mezcla de sorpresa y nerviosismo en sus ojos.
--Evan, respondió ella, su voz apenas un susurro.
Nos quedamos allí, mirándonos el uno al otro, el silencio llenando el espacio entre nosotros. Sabía que tenía que romper el hielo, decir las palabras que habían estado dando vueltas en mi mente desde que recibí su carta.
--Mara, necesito hablar contigo, dije finalmente, reuniendo toda mi valentía.
Y así comenzó una conversación que cambiaría nuestras vidas para siempre.
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Cartas para Evan.
Teen FictionMara siempre ha seguido las reglas, nunca habla de más, nunca responde si no le preguntan, siempre vive alejada de las personas por miedo a que la lastimen Escribía cartas para no enfrentarse a las personas, pero ¿Qué pasaría si las cartas llegaban...