Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.
-Paulo Coelho.
[Cap 13]
Amor, café y miedos.
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Mara
07:00 am
Al día siguiente, nos encontramos con Valeria en el café donde solíamos reunirnos antes de las clases. Ella llegó sonriendo, sin sospechar lo que estaba a punto de escuchar.
—¡Mara! —exclamó, abrazándome con fuerza—. ¡Evan! ¿Qué tal están?
Nos sentamos y, con un nudo en el estómago, comencé a hablar.
—Valeria, hay algo que necesitamos decirte. Algo importante.
La sonrisa de Valeria se desvaneció un poco, y pude ver la preocupación en sus ojos.
—¿Qué pasa? —preguntó, mirando de uno a otro.
Evan me tomó la mano, brindándome el apoyo que necesitaba.
—Valeria, Mara y yo... hemos estado sintiendo algo más que amistad el uno por el otro. No queríamos ocultártelo. En realidad nos emociona decirtelo.
Valeria nos miró en silencio por un momento, y luego sus ojos se suavizaron.
—¿Es eso? —preguntó con una sonrisa triste—. Siempre lo sospeché, chicos, quiero que sepan que solo deseo lo mejor para ustedes.
El alivio me inundó, y las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas.
—Gracias, Valeria. No sabes cuánto significa esto para nosotros.
Nos abrazamos, sellando nuestra amistad con una nueva honestidad y un entendimiento más profundo.
Luego de eso nos separamos del abrazo y nos dispusimos a desayunar antes de irnos a los ensayos. La competencia estaba a la vuelta de la esquina. Tenía mucho miedo de arruinarlo por mi miedo escénico y al "qué dirán". ¿Sería un buen momento para decírselo a Evan y Valeria? Quizás aún podrían buscar a otra protagonista y así yo no lo arruinaría.
Mientras mordía mi tostada, decidí que no podía seguir ocultando mis miedos. Miré a Evan, que estaba enfrascado en su café, y tomé una respiración profunda.
—Evan, hay algo que necesito decirte —dije, mi voz temblando un poco.
Él levantó la vista, sus ojos llenos de preocupación.
—¿Qué pasa, Mara?
—Estoy asustada. Tengo miedo de arruinar la competencia por mi miedo escénico y lo que los demás puedan pensar. No quiero que nuestros esfuerzos se desperdicien por mi culpa.
Evan dejó su taza y tomó mi mano.
—Mara, todos tenemos miedo. Pero confío en ti y sé que eres capaz. Has trabajado tan duro. Valeria y yo estamos contigo en esto. No necesitamos otra protagonista, te necesitamos a ti.
Sentí una mezcla de alivio y aprehensión. Aún había una parte de mí que temía fallar, pero saber que Evan y Valeria confiaban en mí me daba fuerzas.
—Gracias, Evan. No sé qué haría sin ti.
Él sonrió, apretando mi mano.
—No tienes que hacerlo sola, Mara. Estamos juntos en esto, y pase lo que pase, estoy orgulloso de ti.
Valeria me miró fijamente, su expresión pasando de sorpresa a comprensión.
—Mara, eres mi mejor amiga y sé lo talentosa que eres. Todos tenemos miedos, pero estoy aquí para ti, igual que Evan. Juntos hemos trabajado duro y confío en ti completamente. Nadie más podría ocupar tu lugar.
—Gracias, Valeria. Necesitaba escuchar eso.
Ella sonrió, tomando mis manos.
—Vamos a hacerlo juntas, Mara. Y cuando estés en el escenario, quiero que pienses en todo el apoyo que tienes detrás de ti. No estás sola, nunca lo estarás.
Tenían razón. No podía dejar que el miedo me ganara, no iba a dejar que mi ansiedad me controlara. Esta vez iba a enfrentarla y lo haría increíble, con o sin miedo.
Con renovada determinación, nos dirigimos a los ensayos, listos para enfrentar cualquier desafío que se nos presentara. Con el apoyo de Evan y Valeria, sentí que podía superar mis miedos y dar lo mejor de mí en la competencia.
Salimos del café con la esperanza renovada, sabiendo que, juntos, podíamos enfrentar cualquier cosa.
Mientras practicábamos, me concentré en cada movimiento, en cada paso, dejando que la música me guiara. Sentí la conexión con Evan en cada giro, en cada levantamiento. Valeria nos observaba con una sonrisa de aliento, y su presencia me daba aún más fuerza.
La competencia estaba a la vuelta de la esquina, y por primera vez, me sentí realmente preparada. Con mi corazón lleno de amor y apoyo, supe que podía enfrentar cualquier cosa. Estaba lista para brillar, no solo para mí, sino para Evan y Valeria, quienes creían en mí con todo su corazón.
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Mara
21:17
Esa misma noche, Evan y yo nos encontramos en el parque donde tantas veces habíamos ensayado nuestras rutinas de baile. Bajo las estrellas, él sacó su guitarra y comenzó a tocar una melodía suave y familiar.
—Esto es algo que he estado escribiendo para ti —dijo con una sonrisa—. Se llama "Siempre tú".
En la quietud de la noche, tus ojos veo brillar,
Son como estrellas que guían, mi camino a encontrar.
Tu risa es melodía, que en mi corazón resuena,
Y en cada nota que toco, tu nombre siempre suena.Las palabras de la canción me envolvieron como un abrazo cálido. Sentí una conexión profunda con Evan, más allá de las palabras y los gestos.
—Es hermosa —susurré—. Gracias, Evan. Siempre serás tú.
Nos quedamos allí, bajo el manto estrellado, disfrutando del momento y de la tranquilidad que solo el amor verdadero puede brindar. Con el sonido de su corazón y la promesa de su canción, supe que juntos podríamos enfrentar cualquier cosa.
Mientras él tocaba y decía aquellas palabras, sentí que cada nota y cada palabra eran un reflejo de nuestro viaje juntos. Y supe, sin lugar a dudas, que este era solo el comienzo de nuestra historia.
Con el sonido de su música llenando el aire, nos acercamos aún más, listos para enfrentar el futuro juntos, con el corazón lleno de amor y la certeza de que habíamos encontrado algo verdaderamente especial.
Esa noche, después de un día intenso de ensayos, nos tiramos en el césped mirando las estrellas. El cielo estaba despejado, un lienzo oscuro salpicado de luces titilantes. Me apoyé en el pecho de Evan, escuchando su corazón latir, era la música más bonita que había escuchado en mi vida.
En ese instante despues de tanto tiempo, me sentía en paz tanto mentalmente como físicamente, estaba en paz, respiraba tranquilamente con las ideas del futuro más claro que nunca.
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Cartas para Evan.
JugendliteraturMara siempre ha seguido las reglas, nunca habla de más, nunca responde si no le preguntan, siempre vive alejada de las personas por miedo a que la lastimen Escribía cartas para no enfrentarse a las personas, pero ¿Qué pasaría si las cartas llegaban...