14

693 100 3
                                    

Nayeon era un ser que no parecía nada dulce y agradable, tenía uno que otro tatuaje, vestía siempre de negro y tenía cara de pocos amigos, su voz era de mando, y al momento de hacer negocios era todo un arma. Nayeon era muy buena en su trabajo, y también en tener su fachada de chica dura, chica que no se dejaba llevar fácil, una muchacha ruda que mandaba a la mierda a quien se le pusiera enfrente. En su trabajo era buena sin duda porque sabía hacer contratos maravillosos para las chicas, y no dejaba que las mangonearan como quisieran, no se dejaba ni del CEO de la empresa, no importaba si el tipo medía casi dos metros, y tuviera más poder, no importaba nada de eso si se metían con Threei. Nayeon sacaría las uñas cual buena manager.

Lo que no todos sabían, es que Nayeon es una masita linda que amaba los abrazos, molestar a Yuqi con ellas, y cuidar de sus chicas, amaba que Yuqi fuera tan artística y que Jennie fuera la rebelde. Y está de más decir que amaba a Mina, ¿no? Digo, son una pareja bastante fuerte. Lo que la gente no sabía es que Nayeon abrazaba un peluche de conejo al dormir y que amaba con locura a Mina, aunque si somos sinceros, quien era la "dura" de la relación era Mina, aunque no lo pareciera, y no porque lo fuera realmente, sino porque Nayeon era tan amorosa que sobresalía. Era la mujer detallista y romántica que todo mundo quería, Im Nayeon era la mujer de ensueño de todo ser en la tierra.

Pero como en todo, hay un lado oscuro que no queremos conocer, y el de Nayeon era cuando se enojaba.

Y en ese momento Nayeon está enojada, muy enojada y no con Jennie, sino con cualquier ser que ocasionó todo ese revuelto, no estaba enojada con Jennie, ya estaba acostumbrada a la situación en donde Jennie se escapaba a fiestas que no eran suyas, ya era casi como una tradición de la chica, así que eso no le enojaba porque nunca le trajo algún problema, pero esta vez alguien había metido su cuchara en la situación, y este a su vez causó un gran problema porque no solo tenía que esconder a Jennie, sino que debían cambiar de hotel por la mala seguridad que había en el sitio, aunque si hay sinceridad, no era culpa más de las personas que decidieron interrumpir la privacidad de sus ídolos, y del idiota que dio la maldita idea en Twitter. Nayeon quería golpearlo, pero sabía que eso no era bueno, pues era fiel creyente que la violencia no llevaba a ninguna parte. Se sentía violenta, pero no al grado de golpear idiotas.

Al momento de mirar a Jennie, supo que estaba con alguien y maldijo internamente porque si las fans llegaban en ese momento, tendrían otro rumor y esta vez con Jennie, y Jennie nunca tenía rumores porque su imagen era impecable, ni una cita, ninguna acusación, nada. De Jennie no había nada más que el amor a sus perros, a los capibara y al canto, así de amada era y así de limpia también.

—¡Jennie! —gritó casi con desespero, era más su miedo que su enojo realmente.

Mientras que momentos antes, Jennie giraba alegremente con Lisa en sus brazos, como si fueran aire, ligeras, sin cargas en la espalda que frenaran su feliz momento, todo era más fácil cuando de esa forma pasaba, cuando no tenían nada que les detuviera... pero el problema era que sí lo había, ¡por Dios! Claro que lo había, había muchas cosas que las detenían, dos vidas distintas, contratos de por medio, continentes distintos... Mucho que las separaba.

—Pensé que tus padres vendrían —soltó la castaña de la nada y Lisa se quedó en seco.

—¿Mis padres? —Jennie asintió.

—Eres madrina, creí que traerías a tu familia, bueno, eso haría yo el día en que sea madrina de bodas, llevaré a toda mi familia.

—No serás mi madrina de bodas entonces.

—Obvio no, yo seré la novia —Lisa soltó una risa escandalosa mientras se preguntaba sobre sus padres.

Años sin verlos, años sin saber de ellos.

Encantada | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora