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Domingo, 05 de noviembre. Un día después de la boda.

Lisa no había dormido en toda la noche, no pudo cerrar los ojos para nada. Recuerda que solo bajó viendo el piso del elevador hacia el salón de fiestas y luego cruzó por todo el sitio hasta llegar a sus cosas, un abrigo y un pequeño bolso, lo tomó tal cual persona que no tiene nada más que hacer ahí y se dirigió a la puerta. No había más, no había nada que la retuviera en ese lugar más que recuerdos vagos y una sonrisa en el rostro; no estaba triste, no podía estarlo luego de conocer a Jennie Kim, solo estaba... poco satisfecha, pues hora necesitaba más de Jennie Kim.

—¡Lisa! —grito rápidamente Rosé en cuanto la vio pasar con dirección a la salida.

—¿Ya te vas? —preguntó Daesung, que llegó an ella corriendo, Lisa asintió con una sonrisa y miró el reloj.

—Es tarde.

Sí, lo era, así que con un beso se despidió del chico y le dio un abrazo, agradeciéndole y diciéndole que esa noche se veía muy apuesto. Él se sonrojó y la abrazó más fuerte aún.

—Te cuidas —Lisa asintió y después al soltarlo, fue donde a Rosé y dándole un abrazo muy fuerte, el último que se darían en años, también se despidió de ella.

Tomó un taxi, dio la dirección de casa y al llegar pagó. Entró a su pequeño edificio, vivía en el segundo piso, en un modesto departamento rentado. Saludó a la pareja que se encontraba en las escaleras y luego entró a su despartamento.

Sentía algo raro en el pecho, no un hueco, pero sí un espacio, y es que había una diferencia entre el hueco y el espacio: el hueco era simplemente un hoyo, vacío, que se sentía pesado y absorbente, el hueco era eso que te deja una película de romance, una canción, lo que te deja la película de Titanic, o lo que te ocasiona Somebody Else, eso era un hueco, pero el vacío... el vacío era como más... existencialista. Un vacío era terminar el libro que tanto te gustó, lo que te deja La La Land al final cuando ves cómo Sebastián ve a Mía luego de aquella escena que te desgarra el alma al mirar lo que pudo pasar, un vacío se sentía como saber que es justo lo que está pasando y aún así es triste, no hay negación, sabes que debía pasar, lo aceptas, pero aceptarlo no aplicaba que te sintieras mal por ello.

Dejó los zapatos en la entrada y ni siquiera el piso frío le hizo sentir algo, paseó por la pequeña sala que tenía y pronto se fue a su habitación, no levantó el desastre que hizo antes de irse a la boda, y que juró recoger al llegar, no recogió la ropa que puso en su cama porque no encontraba un vestido que se le viera bien, solo la tiró al suelo y se acostó en la cama viendo el techo, dispuesta a dormir, aunque no pudo.

Cerró los ojos, contó borregos, giró por toda la cama, contempló la ventana, se quejó del ruido de los vecinos, se volteó para poner los pies en la cabecera. Se levantó del colchón a recoger la ropa y en todo eso el tiempo se pasó y Lisa no pudo cerrar los ojos en ningún momento, tomó el celular del bolso y entonces encontró la aplicación de Instagram, la abrió, no tenía muchos seguidores, solo ciento veinte y ni sabía quiénes eran; pero no entró para ver a sus seguidores, entró para buscar algo en específico.

Threei.

Buscó en la lupa que aparecía en la parte superior de la aplicación y entonces dio con la cuenta oficial de la agrupación. Se metió por mera curiosidad a revisar. Encontró como última publicación el póster de la gira mundial y en dónde de presentarían.

Domingo 5 de noviembre, Emerald City. La ciudad en donde fue boda, ahí mismo el día de mañana sería su concierto... Si tan solo pudiera ir a ese concierto y adentrarse... Que sueños tenía, eso no sucedería, así que simplemente le dio al botón de seguir y pronto el botón azul dejó de ser de ese color. Se convirtió en uno de los 36 millones de seguidores, nada más. La cuenta seguía a nueve personas, tres de ellas eran: Myoi_Mina, Song_Qiqi y Ruby_Jane, y entonces los dedos le temblaron por entrar al último nombre, una cuenta con 24 millones de seguidores, y solo con 45 publicaciones, miró la más reciente y era Jennie desde un ángulo algo gracioso, con la cámara enfocada desde arriba y su rostro siendo el foco de la foto. Tenía tres semanas de ser publicada, después deslizó a la anterior publicación y luego a otra; así hasta llegar a la primera, en esa Jennie lucía como una chica de veinte años, no calculaba más, ya que fue una foto de 2018, era 2023, y si Jennie tenía 25 ahora, en esa foto tenía veinte, ¿no? Sus cuentas no fallaban mucho.

Encantada | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora