Capítulo 12

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Lo intente alejar de mi cuantas veces me lo permitía, pero el hombre era más fuerte, sus labios no se apartaban de los míos y sus dedos se aferraba a la piel de mis piernas.

—oh, no sabes cuanto te deseo cada vez más — me lo dijo luego de soltar mis labios.

Me removí intentado alejarlo de mi cuando su cuerpo cae sobre mi quedando totalmente inconsciente. El pánico se adueñó de mi y lo alejé dejándolo caer al lado del colchón. Estaba completamente inconsciente, sus ojos estaban cerrados y su cuerpo no se movía. Mire hacia el orillo de la cama y me encontré con una Claudia que sostenía uno de mis trofeos favoritos sobre sus manos con una pequeña mancha de sangre. Sus nervios estaban alterados y su cabello desorganizado, se encontraba detallando al hombre a mi lado, sin apartar la vista de él.

—esta inconsciente tranquila — me levanté de la cama y corrí hasta ella quitandole el trofeo de sus manos, que deje caer al suelo.

Ella me asiente y toma aire nuevamente.

—¿Que te hizo?— le pregunté pero ella niega atemorizada.

—solo me hizo oler algo extraño y desperté en una de las habitaciones — sus manos temblaban al igual que las mías.

—y que te hizo a ti estas bien — me reviso como si estuviera requisandome con prisa y detuve sus manos.

—No me hizo nada, gracias a ti — le di un abrazo a mi amiga.

Y luego volvimos la vista al hombre que se hallaba inmóvil y con un fuerte golpe en su nuca. Las dos huimos de la casa, antes de que despertara, pues ya estando afuera llamamos a la policía.

A los pocos segundos la policía ya se encontraba frente a mi casa, les explicamos absolutamente todo y los oficiales corren hacia el interior para sacar a ese hombre.

Esperamos durante segundos cuando los oficiales salen del interior sin ningún rastro del hombre. Corrí hacia ellos y les pregunté sobre ese desconocido.

—dónde está, porqué no lo traen — sacudí a uno de los oficiales de sus hombros y este me detiene.

—se ha escapado, no hay nadie en la habitación, solo una mancha de sangre en la sabana...no se como se escapó — me explicó pero no dudé en gritar de desaparecido.

—cómo...si nosotras nos quedamos frente a la casa...¡por que¡— exclamé sin contener los nervios y mi amiga me aparta del oficial.

Comencé a llorar de la manera más asustadiza sobre el hombro de mi amiga. Ahora no entendía, porqué no atrapaban a ese hombre, se había escapado y ahora no sabía si seguiría acosandome en mi propia casa.

Enfermizo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora