Capítulo 2

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Mi amiga Meli era la única que no se había casado. Tanto Claudia como yo ya lo estábamos, pero Meli siempre esperaba buscar el indicado. Jamás creyó que fuera acosada por un desconocido de la noche a la mañana.

Aparque mi carro a un lado de la calle y corrí hasta la casa de Meli, me adentre y ella me ofrece algo de tomar, yo por supuesto aceptó.

Me senté en uno de los sofás, mientras detallaba cada rincón de la casa, y recordaba cuando yo vivía sola y disfrutaba de mis propias decisiones. Pero en el momento ese recuerdo cuando estuve con ese hombre en ese sofá, me causó una especie de temor pero al mismo tiempo de deseo, no podía negarme a que besaba demasiado bien.

—Romina — parpadeo varias veces y contempló a mi amiga con confusión.

—si, dime — ella me larga un vaso de jugo y toma asiento a mi lado.

—quería saber de que manera me puedes ayudar — exhalé y pensé durante un tiempo.

—no se, primero necesito saber quien ese acosador — ella asiente y se levanta del sofá moviéndose hasta la ventana, que al mover un poco la cortina sus ojos reflejan pánico al ver por el cristal.

—míralo — tragué con dificultad y me levanté caminado lentamente hasta donde Meli se hallaba.

Al asomarme mis ojos se abren como platos...

—¡No puede ser!

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