7.

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Capítulo 7:


Maia:


Cuarto año:

Quinta cita que tenemos con Remus. A decir verdad, al principio me daba muchos nervios pensar que no veníamos como amigos, me era más difícil hablar con él, por miedo a arruinar las cosas.

Pero me di cuenta que somos muy compatibles. La primera vez, hablamos por horas de libros, ya que ambos compartimos el amor por la lectura. En la segunda, de nuestras familias y amigos. Ya en la tercera, jugamos, corrimos y tomamos una cerveza en las 3 escobas.

En la cuarta... en la cuarta nos besamos. Estaba super nerviosa, fue mi primer beso y el suyo también. Estábamos volviendo ya al castillo, cuando Remus me frenó para que hablemos, pero en realidad, lo único que me hizo fue preguntarme si podía besarme, a lo que respondí que sí obviamente.

Sus manos tomaron mi cara y comenzó a acercarse. Yo no podía dejar de ver sus mejillas sonrojadas, sus labios tan apetecibles, su nariz un poco rojiza por el frío, sus ojos brillosos, mis manos fueron a su cintura, es más alto que yo por una cabeza.

Cuando sus labios tocaron los míos, sentí que se detuvo el tiempo. Son tan suaves como parecen. Se separó rápido y nos miramos unos segundos, antes de que me agarrara la valentía para ponerme en puntitas de pie y juntar nuevamente nuestros labios. Ya en nuestro tercer beso, abrimos la boca, como todos inexpertos haciéndonos mal en el proceso, lo que nos sacó varias risas.

Volvimos tomados de la mano, con los nervios de lo que habíamos hecho. Obviamente, Sirius al enterarse, dijo que pensó que habíamos tenido nuestra primera vez, a lo que le pegamos.

Ahora en esta cita, estamos sentados a la orilla del lago negro con mucha comida, riendo de las anécdotas que Remus me cuenta del verano. No entiendo cómo es que llegamos a esto, pero no lo cambiaría por nada. Me gusta mucho, tanto que me da miedo que mis sentimientos vayan tan rápido.

Me acerqué y lo besé, me encantaba cuando sucedía, anhelaba sus labios y él me correspondió como siempre, sonriendo en el medio. Cada vez que terminamos un beso, toma mi mejilla para acariciarla mientras me mira como si fuera lo más perfecto, eso me hace sonrojar el doble.


- Si sigues amasando eso, vas a romper la mezcla. - la voz de Martina me saca de mis recuerdos. Giro a verla, está con esa sonrisita divertida. - Así que salió bien ver a tu amado. - canturreó.

Reí. - Eres una tonta, fui solamente por mis hijos y lo sabes.

- Y en el proceso terminaste tomando chocolate caliente con tu amado.

- No sabía cuánto extrañé eso hasta que lo compartimos de nuevo. - reí con nostalgia.

- Amiga, ¿Por qué no le dices todo de una y vuelven? Somos muchos esperando eso. - dice frustrada.

- Porque no es tan fácil Mar. Los peques no saben nada, necesito tener esa charla primero con ellos. Es su profesor, es alguien que ven todos los días.

- Será peor cuando pase más tiempo Mai.

- Lo sé y eso es lo que me asusta.

- ¿Qué cuenta Albus?

Reí. - Albus dice que Liam es igual a Remus cuando estábamos en el secundario, se hizo amigo de los gemelos Weasley, anda todo el tiempo con ellos. Mientras que mi niña, es una copia mía que se hizo muy amiga de una hija de muggles, así que están todo el tiempo juntas hablando de sus mundos.

- Son tan preciosos. - dice Mar soñadora. - Recuerdo todavía cuando eran bebés y nos turnábamos para cuidarlos. - reímos.

- Fuiste una gran ayuda siempre Mar. - le dije, aunque ya lo sepa.

- Son mis sobrinos, siempre iba a estar ahí.

- ¿Cómo vas con Sirius? - enarqué una ceja.

- Bueno... Pues bien, ya sabes, siendo novios sin ser novios. Régulus me invitó a su boda, como acompañante de Sirius claro. Lo cual fue raro, porque no somos nada formal, pero todos nos cuentan como que si.

- Es que hace años que vienen así amiga, quizás sea hora de que formalicen.

- Tengo miedo de que el Sirius mujeriego vuelva si hacemos eso. Soy consciente de que no está con nadie más desde que empezamos, pero el miedo sigue allí siempre.

- Y te entiendo amiga, pero creo que demostró quererte en serio. Sino no hubiera aguantado tanto tiempo sin hacer nada más, sabes cómo era antes.

- Eso es verdad, bueno cuando lo vea hablaré. - suspiró - Y tú hablarás con tu amado.

- Ya deja de decir eso. Lo nuestro ya terminó Mar.

- Termina cuando los dos lo dejen ir, y dejame decirte que ninguno lo hizo. - me abrazó mientras suspiré.

Nunca pude olvidarte. - Remus Lupin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora