Capítulo 9:
Maia:
Espero pacientemente que mis hijos bajen del tren, apenas los diviso, sonrío y veo sus miradas cuando me encuentran.
Cada vez están más grandes, así que cuando me abrazan, noto como su fuerza y la altura hasta donde me llegan, han aumentado. Río por ver sus caras de felicidad, creí que no iban a extrañarme a decir verdad, y los entendería, Hogwarts es lo más fantástico que he visto.
Les pido que salgamos de la estación, mientras me siguen contando sus cosas.
- Entonces el profesor Snape me dijo que le recuerdo a ti cuando te ponías insoportable a responder todo. - río por lo que dice Sofi.
- Él era el insoportable que quería ganarme siempre.
- El profesor Lupin también es muy buen maestro. - dice Liam e intento con todas mis fuerzas que no se note como mi cuerpo se tensa al escuchar su nombre en boca de nuestros hijos.
- Me imagino que si.
- El bosque prohibido es muy lindo. - dice Sof soñadora. Freno en seco y me giro.
- ¿Cómo sabes tú eso? - entrecierro mis ojos y ella abre los suyos como plato, mientras Liam le pega.
- ¡No se tenía que enterar!
- ¡Lo siento!
- ¿Cuándo fueron? - pregunté con toda la paciencia que pude reunir.
- Unas 4 veces con los gemelos, queríamos ver un unicornio. - me explica Liam.
- Chicos - suspiro y me agacho -, por algo está prohibido ese lugar, hay muchas criaturas que no son buenas como los unicornios. Por favor no vuelvan a ir.
- Lo sentimos mamá. - dicen a coro. Les dedico una sonrisa y me levanto para seguir, pero no puedo dar un paso hasta que choco con un cuerpo. Levanto mi vista para ver a Remus.
- Hola Maia. - dice y como siempre, siento que observa cada rasgo de mi cara.
- Hola Remus. - me acuerdo de que están mis hijos, por lo que me corro un poco y los señalo. - Me imagino que recuerda a sus dos estudiantes, me hablaron bien de tus clases.
Él les sonríe. - Son los mejores Maia, se nota que la inteligencia la han sacado de ti. - esas palabras me calaron profundo, muerdo mi lengua para no hablar, porque tengo ganas de decirle que lo más probable es que la hayan sacado de él, o que sean una combinación de ambos en ese sentido.
- Gracias. - me limito a decir.
- Ma, ¿Ustedes se conocen? - pregunta Liam, y noto su cara. Es la misma que pone cada vez que un hombre se me acerca.
- Si mi amor - le digo mientras acaricio su mejilla -, estudiamos juntos.
- Éramos muy buenos amigos. - aclara Remus y le lanzo una mirada significativa de no digas una palabra más.
- Oh no sabía eso. - dice Sofi.
- Sí bueno, ya deberíamos irnos... - quiero seguir hablando, pero me interrumpe.
- Puedo acompañarlos. - tira antes de que diga algo más.
Mi primer instinto es decir que no, por muchas razones, como lo que pensaran mis hijos por ejemplo si lo dejo, pero también está ese deseo de permitírselo, porque quiero pasar tiempo a su lado. Lo extraño.
- Bueno profesor, le damos permiso de acompañarnos, ya que nuestra mamá parece dudarlo. - dice Liam, lo miro entrecerrando mis ojos y me responde igual.
- Que más, vamos. - digo reanudando el paso.
Nos desaparecimos en un callejón, para reaparecer al frente de la casa donde nos estamos quedando. Mis hijos entran corriendo a dejar sus cosas en la habitación, mientras yo le digo a Remus que entre y le pregunto si quiere comer con nosotros.
- Puedo cocinar contigo - me dice cuando me encamino a la cocina.
Estoy por hablar, cuando escucho un grito. - ¡Mamá! ¡¿Dónde está mi pijama de corazones?!
Ruedo los ojos. - ¡En el segundo cajón!
- ¡Gracias!
Remus a mi lado ríe mientras se apoya en la encimera. - Es raro verte siendo mamá Maia.
Lo miro. - Aprendo todos los días, te lo aseguro.
- Has hecho un muy buen trabajo con ellos, no lo digo solo en el ámbito educativo, sino como personas, se nota en ellos.
- Gracias. - le dedico una sonrisa sincera y veo algo en su mirada que no sé identificar.
- Mamá - aparece Liam -, necesito ayuda para que me prendas mi pijama. - se voltea para que pueda subir todo el cierre.
- ¡Liam! ¡Teníamos que usar los pijamas de corazones hoy! ¡No de ositos! - Sofía enojada es muy tierna.
- ¡Pero hay visitas! ¡Me da vergüenza! - dice Liam colorado.
- Ven Sof, así te hago las trenzas antes de empezar a cocinar. Y por hoy pueden ponerse pijamas distintos, mañana retomamos la coordinación. - comienzo a trenzar el cabello de mi hija.
- ¿Tú también usarás el tuyo mamá? - pregunta serio Liam.
- Mañana si, al igual que a tí, me da vergüenza que tengamos visitas. - miro significativamente a Remus, quien ríe y me dedica una mirada que interpreto bastante bien, lo que hace que suba el calor a mis mejillas. - Listo hija. - digo cuando quedó peinada.
- Gracias mamá.
- Vamos a jugar al living un rato. - dice mi pequeño para irse con su hermana.
- ¿En serio tienes vergüenza Maia después de que te vi sin nada? - enarca una ceja y yo me sonrojo el triple.
- No hagas que me de vergüenza Remus. - lo reto.
- Bueno empecemos a cocinar entonces, que tengo muchas de esas para decir. - ríe a mi lado y yo ruedo los ojos divertida.
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Nunca pude olvidarte. - Remus Lupin.
Romance- Jamás podría quitarte de mi cabeza Maia. - Nunca pude olvidarte Remus. Prohibido la copia de este escrito.