¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO VEINTIDÓS / 💕 / Objetivos claros naruto fic!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Advertencia! descripción de violencia y otros temas delicados
( 𖥻💉 ៸៸🩸 ) KONOHA, mansion Hyuga, tercera rama -Una semana y tres días después.
Su abuelo habló en serio cuando le aseguró que su entrenamiento sería totalmente diferente y riguroso. En ese corto periodo había sangrado, caído rendida más de una vez y había tenido el deseo continuo de echarse a llorar por todo el agotamiento que se le estaba acumulando.
Apenas podía conciliar el sueño. Salir con sus amigos se había vuelto un tema de segundo plano y hasta podría jurar un privilegio. Veía a Sasuke de vez en cuando, pero sentía que no era suficiente. Su novio ayudaba en lo que podía, ya sea con sus piropos peculiares, sus bentos nutritivos con tomate extra, o ayudándole a practicar sus jutsus nuevos antes de que llegara el profesor. Solía hacerlo siempre a las tres de la mañana para terminar a las seis y dejarle paso al hombre adulto.
Su nuevo maestro, un usuario de suiton; era estricto, recto y más que todo un mandón misógino egocéntrico que creía que por tener pelotas era la cupidez en sí. Era sin duda un total fastidio oírlo, o tener que caer de rodillas cada que la golpeaba con demasiada violencia con un jutsu agua, no le daba importancia en medir sus ataques, era como si todo el tiempo estuviera combatiendo a un enemigo que trataba de matarlo.
Lo cual en cierta forma sí era cierto.
Los primeros días fue un total tormento al igual que una humillación a su ego y su autoestima, no hacía más que caer sobre sus raspadas y sangrantes rodillas-y aveces no caí ni en sus destrozadas rodillas-, mientras oía el discurso clasista y coloriento de su ‘instructor’ cada instante en que tenía la oportunidad de denigrarla como persona, recibiendo a la distancia la decepcionada mirada de su abuelo, una juzgadora y aburrida. Haciéndole conocer lo inutil que estaba resultando ser su esfuerzo y trabajo contante.
