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CAPÍTULO DIECINUEVE curiosidad
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El fuerte golpe en el área del pecho desestabilizó totalmente a Dai, quien jadeo en búsqueda de recuperar oxígeno para recomponerse.
─── Eso es todo, ya es suficiente ─── demandó Hyuga Neji deshaciendo su pose de combate y ayudando a su familiar a ponerse de pie ─── ¿Estás bien?
La niña asintió, todavía con el molesto dolor en el área. No habían usado chakra, pero el golpe le dolía como si lo hubiera usado en ella.
───Tu taijutsu está mejorando un montón. ─── le dio un halago, a la par que la llevaba hacia el engawa del patio trasero en donde ambos se sentaron.
─── Gracias ─── Dai le hecho un vistazo a la bandeja de bolas de arroz y a la tetera. Neji se encargó de servir el té ───. Eres asombroso Neji-ni.
─── ¿Si? ¿Por qué lo crees? ─── sus perfectas cejas cafés se levanta con incertidumbre y sus ojos como el cristal resplandecen con una pequeña luz de orgullo y arrogancia. Dai sabía cuánto le gustaba que lo albarán y reconocieran sus habilidades, no había quien no conociera su egocentrismo en esta casa. Pero ella verdaderamente se sentía asombrada con él.
─── Acabas de llegar de una misión calificada como B, y no te sientes cansado, agotado o exhausto, incluso te ofreciste ayudarme a entrenar. Eres asombroso. ───Neji sonríe de costado, acariciando la coronilla de la menor.
─── No es nada ─── habla con su voz juvenil, Dai notaba como su voz se engrosaba, en unos pocos meses sería igual de gruesa como la de sus tíos ───. Les traje un regalo a Megumi y a ti.
─── Debería estar descansando. ─── Kikyo lo interrumpió. Había estado buscándolo en su cuarto y se topó con el asombro que estaba junto a Dai. Su mirada fusilante asustaría a cualquiera.
