One-shots (JJK x Ocs)

❄️Amor y tragedia (Aika x Itadori)

Nota: Este apartado ha sido escrito por laia28. Esperamos que lo disfruten.

Itadori Yuuji, el recipiente de Sukuna y uno de los estudiantes más recientes de la academia de Tokio había sido declarado muerto por culpa de que la propia maldición que contenía dentro de su cuerpo tomó el control y acabó arrancándole el corazón. Esa fue la noticia del momento entre los hechiceros de todo Japón o, por lo menos, lo había sido durante un par de semanas. Después de todo, las maldiciones se crean sin control y apenas hay tiempo para celebrar las buenas noticias.

Aunque estas fueran, en parte, falsas.

Itadori Yuuji, el recipiente de Sukuna había sido declarado muerto por culpa de su maldición, en eso no se equivocaban, pero... Sobre el tema de que seguía muerto...

Eso ya era otro asunto.

Hablando sobre escuelas de hechicería y sus alumnos, centrémonos esta vez en el Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Sendai. No por nada en especial, es decir, era una academia para formar a futuros exorciza-maldiciones como cualquier otra. Siempre que obviemos un pequeño y mísero detalle...

Había sido el refugio y escondite de Itadori Yuuji durante las semanas posteriores a su regreso de entre los muertos.

Sí, obviamente esto causó una gran impresión y revuelo entre los implicados. Es decir, iban a esconder al incontrolable recipiente de Sukuna, obviamente era un asunto más que peligroso. No obstante, el mismísimo Satoru Gojo había solicitado que Itadori Yuuji se mantuviera escondido en las instalaciones con el propósito de entrenarlo y mejorar su control sobre el Rey de las Maldiciones.

Y, a ese hombre, era imposible decirle que no.

Por lo menos el tiempo desde la llegada de Itadori Yuuji había transcurrido con relativa calma. Como es lógico, fue una novedad cuando llegó, aún cuando algunos de ellos le habían conocido mientras colaboraban en una misión conjunta entre academias, e incluso parte del profesorado actuó algo reacio a que sus alumnos interactuaran con lo que denominaron como...

Una verdadera bomba de relojería.

Aun así, a pesar de las negativas iniciales, poco a poco Itadori Yuuji comenzó a adaptarse aún más a convivir con los hechiceros de Sendai y ellos con él. Ahora, la presencia de Itadori Yuuji por el lugar era algo relativamente normal, alertante por obvias razones, pero normal. Sin duda, el ser humano se acostumbra con demasiada facilidad a las situaciones más peligrosas.

A pesar de que eso podría llegar a significar una muerte próxima.

Tranquilos, es solo una broma, es decir, nadie ha llegado a morir nunca por culpa de una maldición descontrolada.

¿Cierto?

Como sea, lo importante es que Itadori Yuuji ya estaba más que acostumbrado a su nueva vida. Al punto de que había logrado crear una amistad con parte de los integrantes de Sendai y, por lo menos, no hacer que las alarmas de los otros saltaran demasiado.

En sí, Itadori Yuuji parecía más un chico normal que un hechicero propiamente dicho. Era... Demasiado risueño y agradable con todos como para haber pertenecido a un mundo tan oscuro desde pequeño. Demasiado torpe en el control de la energía maldita como para haber aprendido a canalizarla durante el desarrollo de su cuerpo. Y, aun así, de alguna forma...